-   


  

3263. Lunes, 5 marzo, 2018

 
Capítulo Tresmilésimo ducentésimo sexagésimo tercero: "Mi meta en la vida es ser tan buena persona, como mi perro cree que soy” (Proverbio sueco)

A simple vista, Nördlingen es una ciudad alemana cualquiera. Sin embargo, los muros y las casas, -iglesias incluidas- de esta población de origen medieval, brillan. La razón hay que buscarla en el material con que se construyeron, miles de kilos de diminutos diamantes procedentes de un asteroide que cayó en la zona hace más de 15 millones de años.

Cuando las hicieron, nadie de los que participaron en las construcciones, albañiles incluidos, se dieron cuenta. Para que luego digan que los alemanes son concienzudos en su trabajo y se fijan en los detalles. Ya les vale. En España, que lo de las obras sí nos lo tomamos en serio, lo hubiéramos visto enseguida ya que una parte fundamental de cualquiera de ellas es pararse largo tiempo a mirar (observar de-te-ni-da-mente) comprobando que todo esté correcto; un afán por el detalle bien hecho que siempre cuenta con la inestimable colaboración de grupos expertos de jubilados y prejubilados varios que aportan su experiencia en cualquier tema... lo conozcan o no.

Otra cosa no pero expertos en control de calidad aquí, nos sobran.