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212. Viernes, 31 octubre, 2003
Capítulo Ducentésimo duodécimo: ¿Por qué a la cama se le llama cama y a la cómoda "cómoda" siendo la cama mucho más cómoda que la "cómoda"?
Hoy, viernes y con el fin de semana por delante, lección práctica, muy práctica. Es fácil, coged un papel y un bolígrafo y a cualquier candidato a un posible "revolcón" decidle que escriba lo primero que se le ocurra.
Resulta que por la escritura no sólo se puede saber si una persona es sincera, introvertida, triste o un completo desastre, resulta que a través de la escritura también se puede deducir como se portará esa persona en un posible conocimiento "biblico". Sí podrá funcionar a nuestro gusto en la cama, !vamos!
Empezamos mirando las "g", "q" y "p", hay que buscar aquellos que la escriban con una amplitud exagerada, porque significa que poseen una gran sensualidad, mientras que unos "ojos" de estas letras, pequeños y angulosos son síntomas de un carácter sexual más bien frío.
Después nos fijamos en las "s" si están muy cerradas indica una mentalidad escrupulosa y poco decidida, en cambio unas "s" abiertas denotan que están dispuestos a experimentar de todo, importantes las "s", ¡anda que no!
Para completar las consonantes nos fijaremos en tres letras más. Si el palito de la "t" es corto y trasero indica que tiene poco control de sus impulsos, cosa que no está mal del todo en estas circunstancias. Para rematar miramos si las curvas de la "m" y de la "n" son muy angulosas, y sí lo son, que sepas que estás ante alguien muy ardiente, agresivo y con un "puntito" canalla en esto de la cosa sexual. Casi que no se escape.
De las vocales es importante la "i", si tiene el punto muy separado indica mucha fantasía, si lo dibuja ligeramente hacia la derecha puede ser síntoma de que recibe las novedades con entusiasmo, pero si el puntito tiene forma de semicírculo pasa del tema, no tendrás nada que hacer, bueno si, los del punto semicircular son muy buenos conversadores, pero para el tema que nos interesa lo de la conversación, como que no es lo más importante precisamente.
A partir de ahora cuando uno salga de "caza", además de los preservativos, no debe uno olvidarse el papel y el lápiz.
211. Jueves, 30 octubre, 2003
Capítulo Ducentésimo undécimo: Un español medio pierde alrededor de tres calcetines al año. Si los multiplicamos por toda la población española, eso supone un total de unos 120 millones de calcetines perdidos. ¿Dónde están esos 120 millones de calcetines?
Dicen los que saben de estas cosas, que la mejor edad para tener los sueños eróticos más salvajes, retorcidos, morbosos y sofisticados es la treintena. Mira tú por dónde, y por una vez, estoy en la cumbre de algo en la que aparece sexo y vejez en la misma frase.
Yo tengo mis dudas, que para eso uno ha tenido sueños húmedos desde muy pequeñito, y la única diferencia que veo es en que antes mi madre ponía lejía cuando lavaba las sábanas y yo le echo el detergente mondo y lirondo, pero conviene hacer caso a los expertos que para eso tienen estudios.
En lo que sí estoy de acuerdo es en considerar esta época, como en la que mejor se pueden distinguir entre las fantasías eróticas que pueden llegar a ser realizables, tipo montar un trío con dos chulazos gemelos o hacerles un traje de saliva, después de una revisión de "mangueras", al cuerpo (¡y que cuerpo!) de bomberos, y aquellos exóticos sueños que serán irremediablemente irrealizados, como los del tipo ser violado salvajemente por una tribu amazónica o "intimar" con tres jugadores de waterpolo en una piscina propia de una película de Esther Williams. (Sobre todo teniendo en cuenta que no se nadar).
Por cierto un vaso de leche templada antes de irse a la cama es mano de santo.
210. Miércoles, 29 octubre, 2003
Capítulo Ducentésimo décimo: ¿Quién le hace los hoyos al queso?
Todavía no se ha acabado octubre y ya están empezando a poner los adornitos de navidad. Desde ahora y hasta San Antón, (que para eso dicen en mi pueblo que "hasta San Antón Pascuas son") me dan ganas de "pintarme" todo de rojo para no desentonar ante tanto despliegue de color navideño.
Me gusta la navidad, sé que las vacaciones que me tocan esos días tienen una gran parte de culpa, pero tampoco es cuestión de entrar en detalles, me divierten y me lo paso bien, que a nadie le amarga un dulce. Y en cuestiones de navidad, dulces, lo que se dicen dulces, no faltan.
Uno de mis "entretenimientos" preferidos esos días suele ser sentarme enfrente de aquellos que se llevan mal todo el año y esperar a que estalle la tormenta. En todas las familias pasa, en todas hay dos o más miembros que se llevan a matar, que durante el año apenas se saludan por pura educación, pero que no tienen más remedio que sentarse a la mesa juntos, al menos una vez al año, "reunión" que ser en estas fechas.
La experiencia me dice que más pronto o más tarde la cosa "estalla", claro que siempre se puede usar algún catalizador para no tener que esperar mucho. Es increíble lo que puede conseguir una palabra dicha con toda la buena "intención" del mundo sobre algún tema "delicado" con según que personas.
Y es que lo de las riñas familiares navideñas, olvidadas el resto del año, son como los cubitos de hielo. Al principio, cuando se sacan del congelador están perfectamente conservados, pero después, poco a poco y sin que se pueda hacer nada, se van convirtiendo en agua y poniendo perdido todo lo que se pueda mojar.
Ver como se derriten, sobre todo si estás cómodamente enfrente con el impermeable puesto, no deja de tener su gracia, especialmente si has sido tú el que has sacado los "cubitos" del congelador y encima has puesto la calefacción a toda "leche" para ver como se derriten más deprisa.
El espíritu de la navidad, que es todo armonía.
209. Martes, 28 octubre, 2003
Capítulo Ducentésimo noveno: ¿Por qué los pegamentos que pegan "todo" no se pegan al envase en que se venden?
Hoy estoy espiritual y he decidido tomarme al pie de la letra aquellas dos inscripciones escritas en la fachada del santuario de Delfos. Una decía: "conócete a ti mismo" y la otra: "nada en exceso".
Pues manos a la obra, teniendo en cuenta que ayer hasta trabajé un poco, y es del dominio público que el trabajo en lunes cuenta doble, y que nada (y menos que nada el trabajo), debe de hacerse en exceso, hoy me toca lo de conocerme a mí mismo.
Pero como resulta que soy bastante simple, y sobre todo sabiendo la cantidad de años que llevo conmigo mismo, la cosa está clara; Como ya me conozco muy bien, hoy sólo me queda descansar todo el día, así mejoraré yo y mejorarán los demás que como decía ese de mi pueblo (y que se lo podría aplicar el Borjamari, pero uno no es quien para dar consejos), "el tiempo que invertimos en mejorarnos recorta el tiempo perdido criticando a los demás".
Hoy martes de vagueo. Así sea.
208. Lunes, 27 octubre, 2003
Capítulo Ducentésimo octavo: Si un "vidente" te invita a una fiesta en su casa, ¿hace falta responderle diciendo que vas a ir?
Al menos hay una enfermedad, que, las cosas como son, ni tan siquiera sabía que existía, y que nunca voy a padecer: la "ginecomanía" o "deseo sexual insaciable por las mujeres".
Sé que ahora todos los heteros y lesbianas del mundo están levantando la mano diciendo eso de "yo la padezco", pues no tan deprisa. A pesar de lo que pueda parecer a primera vista, (y es que hay mucho fantasma suelto), no es precisamente muy frecuente, aunque algún enfermo haberlo "haylo", y sino que se lo pregunten a las esposas de un granjero libanés llamado Ghassan Abdel Al.
El granjero en cuestión va por su tercera mujer simultanea y con ruegos por parte de ella de que consiga rápidamente una cuarta. El apetito sexual insaciable de este hombre le ha reportado cuarenta y dos hijos por ahora. Se casó a los ventipocos con su primera mujer con la que tuvo doce hijos y que fue la que le imploró que tomara una segunda.
La segunda le aguantó hasta que parió otra docena que fue cuando tuvo que coger a una tercera, la misma que le ruega que busque una cuarta y que no ve la hora en que su "fogoso" marido la encuentre para poder descasar algo.
¡Y luego otros presumiendo de dos al día!
207. Viernes, 24 octubre, 2003
Capítulo Ducentésimo séptimo: Si nos acostamos borrachos, ¿las cosas en el sueño nos dan vueltas?
Ya me he quejado alguna vez de los pequeños que son los retretes en las casas modernas, y parece que no iba nada descaminado.
Me acabo de enterar que hay un alarmante aumento de ingresos en urgencias por unas heridas muy concretas, aquellas que se producen cuando la "victima" se agacha para coger el trozo de papel del culo correspondiente y acaba "intimando" con el portarrollos.
Resulta que todo está tan junto, que el susodicho portarrollos, que como su nombre indica porta el rollo, y que acostumbra a estar colgado en la pared, suele quedar situado estratégicamente enfrente. Uno, concentrado como está en la finalización de sus deposiciones, se limita ha hacer el gesto de inclinarse para proveerse del papel topando con su frente, y de una manera bastante brusca, contra el susodicho portarrollos, que encima suele tener esquinas más o menos afiladas según diseño.
La cosa tiene su gracia vista desde fuera, pero claro, poniéndose en la situación del herido, con una brecha en la frente, los pantalones por los tobillos, y reconozcámoslo, una postura no precisamente elegante, es fácil de imaginar el bochorno primero, y cierta vergüenza después que va a pasar, sobre todo cuando llegue a urgencias y, entre automovilistas politraumatizados o algún que otro cuarentón con su infarto a cuestas, tenga que relatar el origen de su muy especial herida.
Y es que hay heridas que por mucho que puedan doler físicamente, siempre acaban doliendo más en el orgullo.
206. Jueves, 23 octubre, 2003
Capítulo Ducentésimo sexto: ¿Las sillas de brazos tienen codos?
Uno, quizá por aquello de ser de provincias, nunca se ha creído mucho eso, que intentan vendernos casi todas las novelas románticas sobre que, para disfrutar del sexo, se necesitan fondos llenos de nocturnos de Chopin, aromas al incienso de Edelwais, o interminables atardeceres otoñales a la luz de la chimenea.
Hombre no digo yo que como prolegómenos no venga bien, pero sólo como prolegómenos, y que luego el componente "animal" haga de las suyas.
Y es que lo de la química sexual nos suele enganchar sin respetar lógica alguna, al menos yo prefiero el sexo con sensibilidad pero sin recato, con todos los sonidos corporales que pueda llevar asociado, alguna que otra, por no decir muchas, palabras lo más políticamente incorrectas posibles, las inevitables manchas viscosas y ese más que dudoso "olor ambiental" que acaba dominando el ambiente.
Y es que cuando deseas a alguien y estas a gusto de verdad, los pelos revueltos, los sudores, los olores y demás detalles terrenales se vuelven completamente insignificantes, o simplemente, desaparecen.
Para gustos...
205. Miércoles, 22 octubre, 2003
Capítulo Ducentésimo quinto: Si soñamos en un idioma extranjero, ¿aparecerán subtítulos?
Me he propuesto muchas veces escribir sobre el amor y soy completamente incapaz de aguantar más de dos renglones seguidos, no logro que me salga nada, al final me voy a apuntar a la teoría de Antonio Gala diciendo aquello de:
"Cuando se está enamorado no se habla de nada y menos del amor. Creo que el amor no se dice, se hace. Entonces, cuando lo estás haciendo no te da tiempo a hablar del amor. Es como el ciclón ese, Lili. ¿Quien va a hablar del ciclón Lili cuando te está haciendo gira como un loco?. No puede, luego lo contará si sobrevive"
Aunque quizá esté hablando más de pasión; Es el eterno problema, establecer que es exactamente amor, seguro que hay tantas definiciones como personas, valorar el cariño, los silencios, las caricias, las miradas, los gestos, evolucionar desde la penetración a la compenetración, sobrevivir a la batalla del día a día... ¡Tantas cosas a la vez!
Resulta toda una paradoja que precisamente alguien como yo que nunca ha creído, y aún sigue sin creer, en lo del amor eterno, cumpla dentro de algunos meses dieciocho años junto a la misma persona. Y luego me asombraré de que vuelvan a poner Will y Grace desde el primer capítulo, o de que los cefalópodos tengan tres corazones.
204. Martes, 21 octubre, 2003
Capítulo Ducentésimo cuarto: ¿Por qué los "donuts" tienen un agujero en el centro? ¿Dónde está el trozo del centro? ¿Pagamos también el volumen de aire que queda?
La mayoría de las veces la línea que separa el triunfo del fracaso es muy fina, lo que un día no era más que un completo desastre, puede convertirse, de la noche a la mañana y por el motivo más insospechado, en un rotundo éxito.
La tienda del "Donking Donuts" que abrieron en mi calle a principios de año cerró a primeros de agosto, parece que la gente no estaba por la labor de mojar en el café un donut en vez de una buena "porra", o unos churritos recién hechos.
Pero si hubiera aguantado algunos días más, sólo algunos días más, el negocio se hubiera disparado, y esos hermosos donuts del escaparate que cada vez se parecían más a faldas de adolescente anoréxicas, hubieran triunfado, quizá no para mojarlo en el café, pero su venta estaría asegurada.
Resulta que poco después de cerrar por ruina evidente, me entero de una nueva moda que está causando furor entre las parejas de cualquier sexo y condición y que, alentada desde el Cosmopolitan, da un giro insospechado a la industria de la bollería fina.
La cosa no por simple deja de tener su "aquel", se trata de "adornar" el pene de la pareja con un donut, mordisquearlo por los alrededores, lamerlo de vez en cuando, y, con las miguitas y el azúcar que quedan en la boca, cosquillear el glande.
Digo yo que en vez de cerrar, hubiera bastado con que se les hubiera ocurrido echarle un poco de marketing al asunto y haber hecho donuts con los agujeros de varios tamaños para "globalizar" la cosa, por ejemplo.
Por cierto, tengo que apuntar en la agenda: comprar media docena de donuts para esta semana.
203. Lunes, 20 octubre, 2003
Capítulo Ducentésimo tercero: ¿Podrá uno afeitarse moviendo la cara en vez de la hojilla?
En vista de las "desviaciones" que habéis apuntado a la hora de medir la edad biológica basándose en el ángulo de erección del pene, causadas por esas pastillitas azules o verdes pistachos, que todo el mundo parece conocer pero nadie confiesa usar, vamos a usar otro método con el que se pueden hacer menos trampas.
Más de la mitad de los hombres sufren a los cincuenta años un aumento considerable de la próstata, está glándula del tamaño de una nuez puede crecer hasta el de una naranja aprisionando en este crecimiento a los órganos vecinos. El ejercicio consiste en medir la intensidad del chorro cuando uno mea: a mayor intensidad de la corriente, menor edad biológica.
Para experimentarlo solo se necesita una vejiga llena y un vasito medidor, que puede ser perfectamente uno de cerveza, siempre que después este no se deje lleno de "líquido" en cualquier sitio y pueda ocurrir cualquier cosa.
Con la sensación de vejiga llena, se mea (micciona, que se dice en fino), en el vasito medidor, no cuenta el chorro medio sino el que sale al principio y no vale presionar a propósito. Después basta con medir la cantidad:
- más de 300 ml: edad biológica de 20 años
- entre 250 y 300 ml: edad biológica de 30 años
- entre 200 y 250 ml: edad biológica de 40 años
- entre 125 y 200 ml: edad biológica de 50 años
- menos de 125 ml: edad biológica de 60 años
Y si la cosa está flojita y eres ya de los que, si quieres mear la pared del vecino te tienes que acercar tanto como tienes que separar los brazos para leer los mensajes del móvil, pues remedios hay, además remedios caseros, así, mientras vas al urólogo procura echar ketchup hasta en el café, que para eso contiene "licopeno", una sustancia activa muy recomendable para estos casos.
202. Viernes, 17 octubre, 2003
Capítulo Ducentésimo segundo: Si soñamos que estamos corriendo, ¿amanecemos cansados?
La curiosidad es la mejor forma de aprender, por eso desde que en la sección de anuncios por palabras del periódico (si, la más divertida, la que te "levanta" el ánimo, de la que más se aprende: la del "relax"), leí que te hacían el "Birmano" y además que te cobraban un "güevo" (con "gü") por ello, no pare hasta saber que era, que algo muy bueno debía de ser para salir tan caro.
Dentro de mi incultura sexual ya sabía yo algunos "idiomas": Ruso (masajear el ano), Cubano (masturbación entre los pechos), Tailandés (masajear el cuerpo con los senos), Sueco (sexo en grupo), Japonés (coito en el suelo y en cuclillas), Sajón (presionando la base del pene para retrasar la eyaculación).. etc. Pero de "Birmanos" la verdad es que ni idea.
Y me costó que me lo dijeran, cuando llamabas al teléfono se empeñaban en demostrártelo "in situ", eso sí, con satisfacción garantizada, pero no soltaban prenda.
Después de cinco intentos lo conseguí, sé que la mayoría no sólo ya sabéis que es, sino que lo habréis practicado millones de veces, pero como espero que existan más almas cándidas e "inocentes" como yo, voy a ver si soy capaz de explicarlo, aunque solo sea para ellos, pobrecitos míos.
Lo primero es que está justificado que fuera caro, se necesitan dos y eso aumenta la cosa al doble, más o menos. Ambos o ambas dos, o "ambo" y "amba" (que cualquier conbinación puede ser, a gusto del que paga, que para eso paga), se colocan de rodillas frente a frente como si se estuvieran besando y el que paga se coloca de pie pasando su órgano sexual (fino me ha quedado eso!), entre los cuatro labios (por si hay algún degenerado que lo realice con dos mujeres que hay gente muy rara por ahí- una observación: estamos hablando de los labios de la boca), y bueno, pues movimiento va y movimiento viene, hasta, como se suele decir en estos casos, lo que dura... dura.
La cosa no tiene más misterio, aunque hay que reconocer que así escrito en frío suena sosa. Lo mejor y más recomendable en estos casos es pasar de teoría y dedicarse a la práctica, que es como mejor se entienden las cosas.
Todo sea por ampliar conocimientos que el saber no ocupa lugar, aunque en este caso cueste un "güevo", pero la cultura es cara.
201. Jueves, 16 octubre, 2003
Capítulo Ducentésimo primero: ¿Por qué Tarzán esta siempre depilado?
Mira tú por dónde, paradojas de la vida yo peluche y monógamo (¡a la fuerza, a la fuerza!.. asco de educación), cuando resulta que el animal más promiscuo de la tierra es el oso, y en concreto el oso marino, que el animalito es capaz de mantener harenes de varias docenas de hembras a la vez. ¿Habrá osos marinos de peluche?
Claro que tiene su lógica, los pobres, que me estoy imaginando al oso entre todas las osas, al vivir en condiciones tan extremas (supongo que las "condiciones extremas" vendrán tanto por el frío como por tener que vivir con tantas hembras), sólo transmiten los genes más fuertes, de ahí su insistencia copulatoria.
Hombre, hay que reconocer que puede tener sus ventajas eso de poder elegir como los osos, a quien uno quiera y cuando uno quiera, aunque tampoco hay que quejarse mucho ahora viendo como se las gastaban hace unos cuantos siglos.
En la antigua Inglaterra la gente no podía tener sexo sin contar con el consentimiento del Rey (a menos que se tratara de un miembro de la familia real) Cuando la gente quería tener un hijo debían solicitar un permiso al monarca, quien les entregaba una placa que debían colgar en la puerta por fuera mientras tenían relaciones.
La placa decía "Fornication Under Consent of the King" (F.U.C.K.). Ese es el origen de tan socorrida palabrita.
200. Miércoles, 15 octubre, 2003
Capítulo Ducentésimo: Sólo un exceso es recomendable en el mundo: el exceso de gratitud.
Esta "travesura", que dentro de muy poco cumplirá un añito, quería hoy mirarse al ombligo por aquello del número doscientos, pero me he dado cuenta de que el "ombligo" no está en el que escribe sino en todos los que os asomáis por aquí cada día, por eso:
199. Martes, 14 octubre, 2003
Capítulo Centésimo nonagésimo noveno: ¿A qué distancia está el horizonte?
Una de las mejores maneras de respetar todo lo que cada uno considera "distinto", consiste en ponerse en el lugar del otro. Pues ahora resulta que las personas que más bostezan son mucho más respetuosos con sus semejantes.
A todos nos ha pasado, alguien cerca bosteza e inmediatamente haces lo mismo, como si bostezar fuera contagioso. Pues ya ves tú, resulta que lo es; Un estudio de la Universidad Estatal de Nueva York dirigido por Gordon Gallup, ya lo ha puesto en evidencia.
El equipo ha realizado varios experimentos y ha podido demostrar que, en efecto, los bostezos se contagian, incluso en video. El resultado: un 40% de los participantes bostezó al ver a otras personas haciendo lo propio en un monitor.
Hasta aquí algo que más o menos sabíamos todos, pero Gallup en el estudio ha ido más allá, determinando que el hecho de que a unas personas se les peguen los bostezos y a otras no está muy relacionado con la capacidad que tiene cada uno de "meterse en la piel" del otro, en este caso, de quien bosteza inicialmente.
Cuanto más capaces seamos de saber lo que pasa por la mente de la otra persona, más veces la imitaremos, de una manera inconsciente, al verla bostezar.
Para que luego digan que los estudios estúpidos no sirven para el progreso de la humanidad, aunque bien mirado lo mismo decía mi abuela, que nunca estudió nada, cuando repetía aquello de : "nadie entiende mejor a un ciego que otro ciego".
198. Lunes, 13 octubre, 2003
Capítulo Centésimo nonagésimo octavo: Los zurdos, ¿son zurdos de mano y pie?
Habrá sido casualidad, pero poco después de repasar, hace un par de post, lo que se puede o no se puede hacer legalmente en cuanto a gustos sexuales según el país que uno visite, me topo de frente con el artículo de una revista que detalla con pelos y señales, como decir en extranjero y que te entiendan, precisamente esas "cosas" que suelen estar prohibidas.
Y no me he resistido a ponerlo aquí, que este tipo de información es lo que deberían de enseñar en los colegios y no tanto repetir eso de que "mi sastre es rico-mi sastre es pobre". Garantizado, con este pequeño cuadrito uno puede moverse por el mundo sin necesidad de aprender nada más. Todo lo importante esta aquí.
. En inglés:
- Coito: Hide the sausage: esconder la salchicha
- Coito anal: Pilow biting: morder la almohada
- Cunnilingus: Muff diving: zambullirse en el vello púbico
- Felación: Blow job: trabajo de soplido
- Masturbación: Bashing the bishop: darle una paliza al obispo (por el gran parecido que, según dicen, tiene el glande con la mitra de un obispo).
- Pene: One eyed trouser snake: serpiente de un solo ojo dentro del pantalón
. En francés:
- Coito: Tremper le biscuit: mojar la galleta
- Penetración anal o vaginal: Se faire enfiler: hacerse ensartar
- Felación: Tailler une pipe: tallar una pipa
- Orgasmo: Prende son pied: agarrarse el pie
- Masturbación: Faire mousser le spaghetti: hacer subir el spagueti
. En alemán:
- Coito: Nageln: clavar un clavo
- Sexo oral: Oralverkehr: tráfico oral
- Felación: Blasen: soplar
- Masturbación: Sich einen runterholen: bajárselo uno
. En portugués
- Coito vaginal : Matar cabritos o saltar pra cueca: saltar a /hacia la braga
- Coito anal: Atracar de marcha a ré: estacionar marcha atrás
- Sexo oral: Telefonar pra Tóquio: telefonear a Tokio
- Masturbación: Contar azulejos y luta de cinco contra uno: lucha de cinco contra uno
- Orgasmo: Chegar á lua: llegar a la luna
. En chino (del tao):
- Coito: Hacer nubes y lluvia
- Vagina: Flor roja y fisura de oro
- Labios mayores: Nervios de jade
- Clítoris: Terraza de la joya
- Pene: Dardo vigoroso
Ahora a practicar oralmente. Ea
197. Viernes, 10 octubre, 2003
Capítulo Centésimo nonagésimo séptimo: Si las rodillas se doblaran al revés, ¿cómo serían las sillas?
Lo siento por Mercedes que se que va a leer esto, pero lo de hoy sólo lo pueden hacer los hombres. Y esta vez no es misogínia, simplemente que, al estar las mujeres sin "acabar", les falta el "instrumental" suficiente como para poder llevar a cabo el siguiente experimento.
Los que pasamos de los veintiuno, y hablo de años no de centímetros, nos aferramos a cualquier cosa que pueda maquillar la realidad y que nos haga parecer más jóvenes. Para eso se inventó lo de "edad biológica", término muy apañado para autoengañarnos, primero a nosotros mismos y después a todos los que se lo quieran creer.
Para establecer esa "edad biólogica" hay miles de métodos, uno de los más sencillos es medir el ángulo de inclinación del pene cuando alcanza la erección. El "experimento", que, como estamos a viernes, podéis practicarlo este fin de semana con calma, no necesita más que una escuadra y algún pensamiento "agradable", todo al alcance de la mano (y nunca mejor dicho).
Durante la erección, el cuerpo cavernoso del pene se llena de sangre, y eso lo convierte en el responsable último de la potencia sexual. Este tejido eréctil va cambiando con la edad al ir disminuyendo la calidad de los vasos, por eso se puede medir la "edad biológica" de una persona fijándose en si su erección se acerca más a la Torre de Pisa que a la Torre Eiffel.
No es difícil hacerlo, simplemente se coge con una mano y con la otra se mide con la escuadra el ángulo que forma, teniendo en cuenta que la línea horizontal de la base del pene es el eje nulo. Así, y según sea el ángulo formado tendremos:
- mayor de 25 grados: edad biológica de 20 años
- 25 grados: edad biológica de 30 años
- 15 grados: edad biológica de 40 años
- menos de 10 grados: edad biológica de 50 años
- menos de 5 grados: edad biológica de 60 años
Siguiendo esa la ley universal que dice: "órgano que no se usa se atrofia", está claro que aquél que quiera mantener la potencia sexual hasta edades avanzadas tendrá que practicar con toda la regularidad posible. Y no hay excusas que valgan, que el hombre se hace a sí mismo sin problemas.
Además ya que la tienes en la mano y has tenido que ponerla en "funcionamiento" para el experimento, puedes aprovechar y terminar lo que has empezado de una manera más agradable.
196. Jueves, 9 octubre, 2003
Capítulo Centésimo nonagésimo sexto: ¿Por qué en la caja rápida de los supermercados siempre está la cajera más lenta?
Me reprochaba ayer mi más que admirada, por tantas razones, Ami que no suelo contar nada de mí. Pues lo-se-pas, Ami lo de decir las menos cosas personales posibles no es más que un mecanismo de defensa en previsión de poder hacer turismo sin tener que acabar poco menos que lapidado.
Vamos a ver, imagina que quiero ir a Tailandia, (si quiero, si quiero, si quiero), bueno pues sí confieso, como ya he confesado alguna vez aquí, que jamás, salvo en bodas y bautizos, llevo calzoncillos, se me acaba de chafar el viaje. En Tailandia salir sin bragas o calzoncillos de casa o del hotel constituye un delito.
¡Y que decir si cuento que más de una vez y más de dos me he masturbado!, ya le puedo decir adiós a, por ejemplo, Indonesia que allí la pena establecida por ley para los que se masturben es.. la decapitación.
Ya, puedo ser más comedido y viajar sólo por países "civilizados", pero si "largo" demasiado también podía pasarlo mal. Con un poco que me vaya de la lengua ya puedo ir borrando del mapa, Utah dónde está prohibido el sexo oral y anal (aunque, listos ellos, no ponen objeción a la poligamia), California dónde se puede hacer de todo pero sólo si participan dos personas, o Washington D.C. dónde sólo está "autorizada" la postura del "misionero" y a poco que uno se descuide y quiera innovar, puedes acabar liado con un policía que te pone las esposas en la misma cama.
En Inglaterra, tan formales ellos, dejan a las mujeres hacer el amor con su nieto pero está prohibido que lo hagan con su abuelo. En el Líbano se puede practicar sexo con un animal siempre y cuando el "bicho" en cuestión sea hembra, ya que la ley lo autoriza, pero si te pillan "in fraganti" con un animal macho (seas tú hombre o mujer), te pueden condenar a muerte. ¡Pero sí hasta en el mismísimo Nueva York te pueden poner una multa de 25 dólares por mirar a otro "de modo indecente"!
Nada, nada, yo calladito, todo sea por conocer mundo.
195. Miércoles, 8 octubre, 2003
Capítulo Centésimo nonagésimo quinto: ¿Las pesadillas son sueños mucho más pesados que los normales?
La llegada del frío tan de repente está teniendo el primer daño colateral que afecta a mi vida, tengo que cambiar mis zapatillas caseras, tan corrientes y molientes, por unas nuevas que no tengan esos agujeritos que me acompañaron los últimos meses del invierno pasado.
La cosa parece un asunto menor pero no lo es tanto, y ya no por aquello de que calienten mis "delicados" pies más o menos, algo que con la agradecida calefacción pasa a un segundo plano, sino por esa apuesta por el "glamour" casero que he decidido llevar a cabo este año y que pierdo, irremediablemente, cada día.
Reconozco que la cosa está complicada, manejar cierto "estilo" cuando me veo tirado en el sofá con el mando a distancia en la mano y un pijama en el que podían caber, sin exagerar mucho, tres como yo, no es precisamente lo que cualquier entendido en el tema definiera como "natural elegancia".
De todas formas, y si es verdad eso que dicen, de que todo se puede aprender siempre y cuando uno cuente con buenos maestros, estoy seguro de que al final algo se me pegará de leer cada día una de las bitácoras más inteligentes y elegantes que circulan por esos mundos de dios: la de Ferran.
Con semejante maestro, hasta a mí se me acabará pegando algo de lo que a él le sobra: Clase (con mayúsculas, por supuesto) para dar y tomar.
194. Martes, 7 Octubre, 2003
Capítulo Centésimo nonagésimo cuarto: ¿Por qué los hombres tienen los botones de las camisas a la izquierda y las mujeres a la derecha?
El ánimo, el compromiso, la responsabilidad, la emoción, la pasión, la energía, el entusiasmo, el ardor, la euforia, la fuerza, el arrojo, el ímpetu, la actividad, la independencia, el coraje, el atrevimiento, la libertad, el talento, la tenacidad, la vehemencia... tú.
El consejo de un amigo, el recuerdo de mi padre, un beso de mi madre, el dedo de mi sobrina diciéndole a todo el mundo que ya tiene un año, la alegría del perro cada vez que llego a casa, despertar cada mañana a tú lado, la adolescencia de mi sobrino, los inmensos ojos negros a punto de cumplir tres años de Javier, la voz de mi hermano, el afecto desinteresado de mi cuñada... tú.
Un acantilado, un atardecer de otoño, un paisaje, un paseo a la orilla del mar, una excursión por la montaña, un montón de hojas secas, una noche de invierno debajo del edredón, pisar la hierba húmeda, un amanecer en primavera, las gotas de lluvia sobre la cara, una fuente, el nacimiento de un río, un chaparrón en abril, el olor a tierra mojada, una mañana de niebla, una tarde de paseo después de una mañana de niebla, un cielo estrellado, una nube con forma de recuerdo... tú.
La ternura, el alma, las arrugas, las caricias, la fidelidad, el aliento, el sosiego, el espíritu, la felicidad, la generosidad, la eternidad, la ilusión, la humildad, la calma, el humor, el destino, el encanto, el desencanto, el embrujo, la ironía, la risa, la sonrisa, la suerte, la tranquilidad, el miedo, la paciencia, la sensibilidad, la simpatía... tú.
El aire, andar, el campo, el fuego, un fin de semana, una reunión en familia, las lágrimas, la luz del día, la luna llena, el sonido de las campanas, las olas, oler, tocar, mirar, oír, nacer, otras culturas, un sabor, los recuerdos, la esperanza, los mimos, el vuelo de un pájaro, la pereza, una mirada... tú.
Estoy convencido: las mejores cosas de esta vida son gratis.
193. Lunes, 6 Octubre, 2003
Capítulo Centésimo nonagésimo tercero: Para ser una persona soñadora, ¿hay que dormir mucho?
Debe de ser cosa del otoño pero me he puesto nostálgico, todo parece que invita a los recuerdos, el frío, la lluvia, la hierba del campo, el azul del cielo, el albañil de la Coca-Cola light.
¡A ver quien no se acuerda del albañil de la Coca-Cola light! Son las once y media, y va a quitarse la camiseta mientras bebe su refresco de media mañana.. la verdad es que daría igual que bebiera horchata de chufa o que se limpiara la mierda de las uñas, el caso es que el sudoroso y, seguro que maloliente albañil, se quitaba la camiseta a las once y media.
Vale, el anuncio no trataba de enseñar las curvas del tio sino las de la Coca-Cola, pero el "operario" en cuestión daba la talla. A ver quien me discute que hubiera sido lo mismo que nos incitaran a beber enseñando los brazos del sufrido albañil que si la camiseta se la quita, por ejemplo, Jordi Pujol.
¡Ay!, esa nostalgia. Creo que voy a por una Coca-Cola.
192. Viernes, 3 octubre, 2003
Capítulo Centésimo nonagésimo segundo: Noé fue un hombre muy importante en la historia, ¿cómo se llamaba su mujer?
Una de las principales aspiraciones de cualquier persona seria y sensata desde el principio de los tiempos ha sido la de poder impresionar al jefe para no tener que pegar un palo al agua.
Enseñar a tu, laboralmente hablando, "amo", a que no te pierda la estima a pesar de que te pases todo el día intercambiando comentarios en las bitácoras, es como hacer el amor cuando uno es viejo: lleva mucho tiempo, no suele ser conveniente que lo vean los "compañeros" y, sobre todo, hay que tomárselo con mucha, mucha calma.
La primera opción es desnudarse, pero esta sólo conviene realizarla delante de él, si uno ha opositado recientemente a bombero, ha salido en el desplegable del "Play Girl", o el último trabajo fue como compañero "copulante" de Jeff Striker. Como no suele ser el caso y además, uno no tiene porqué conocer los gustos sexuales del jefe y lo mismo es de esos tipos raros, que haberlos, haylos, a los que les gustan las mujeres, mejor pasar a otro punto.
Hay una regla de oro que dice "nunca eclipses al amo", y hay que llevarla a rajatabla, jamás hay que desplegar todo el talento de uno ya que se puede lograr lo contrario de lo buscado y terminar por inspirar miedo y desconfianza. Conclusión: hazte pasar por tonto, te mirará mucho mejor y te dejará tranquilo.
Como no hay verdades absolutas y cada jefe es un mundo, si la estrategia anterior no ha servido se puede aplicar la contraria. Hazte el enterado y cada vez que hables con él usa palabras de esas que nadie entiende para acabar formando frases sin mucho sentido pero dichas con todo el convencimiento del mundo. Como es el jefe no se atreverá a decir que no te ha entendido nada y te acabará dejando libertad para hacer lo que quieras, que es de lo que se trata.
Si todo lo anterior no ha servido, nos queda la última estrategia, esta no falla: hay que rodearse de amigos influyentes. No hay nada como ser amigo del superior del jefe, de la hija del jefe, del amante del jefe.. para no hacer nada, o mejor aún para que le asciendan a uno y ¡por fin! saber lo impresionante que resulta, siendo jefe, no tener nada que hacer, excepto explotar al resto.
191. Jueves, 2 octubre, 2003
Capítulo Centésimo nonagésimo primero: ¿Por qué siempre "fallan" los jueces al emitir un veredicto?
Hundido, estoy hundido, luego dicen que cualquier disculpa me sirve para no trabajar pero la de hoy la va a entender hasta mi "amadísimo" jefe. ¿Cómo se puede pretender que trabaje después de leer este correo que me han mandado ayer?:
La mayoría de la gente que acaba de hacer la selectividad nació en 1985. A esa edad, tú ya sabías sumar, restar, multiplicar y dividir. Esta gente nunca vieron a Felipe González con cazadora de pana, incluso les hablas de "Naranjito" y creen que les tomas el pelo, y para ellos ha existido sólo un Papa, que ha durado toda la vida.
Nunca cantaron "We are the world, we are the children", nunca han visto jugar a Maradona, Gordillo, Van Basten o Zoff. Tenían 5 años cuando la Unión Soviética se desintegró, no se acuerdan del osito "Misha", ni de la Guerra Fría y conocen una sola Alemania, aunque en el colegio les hayan contado que hubo dos. No tienen edad para acordarse de la explosión del "Challenger", del referéndum de la "OTAN", del Bon Jovi de melenas, ni de "¿Ay, quién maneja mi barca?" Para ellos, el Sida ha existido toda la vida.
No llegaron a jugar con el "Atari". El CD entró al mercado cuando no tenían ni dos años de vida. Nunca tuvieron un tocadiscos v nunca jugaron al "Tente", al "MultiHobby" ni a la "Nancy". Conocen a Espinete sólo de oídas v el nombre de Ángela Channing les suena a chino.
Muchos de ellos no saben, o no recuerdan, que sólo había dos cadenas, y algunos no han visto nunca la carta de ajuste. No se explican lo que es ver la tele sin un mando a distancia, ni unas navidades sin turrón de chocolate, y no conciben que en invierno sea imposible comprar un helado. Nacieron cuatro años después que la Sony sacase el Walkman y para ellos los patines siempre han tenido las ruedas en linea.
Y ni hablemos de la normalidad con la que ven un móvil o un PC. Puede que nunca hayan visto "Barrio Sésamo", "La bola de cristal", "D'Artacan y los tres mosqueperros" o "Las aventuras de willy Fog". Nunca se meten a nadar pensando en Tiburón, y para ellos Michael Jackson siempre ha sido blanco. ¿Cómo van a creer que Travolta bailaba con semejante barriga?.
No recuerdan quién era Mazinguer Z, ni Orzowei,Ulises XXI, o que un extraterrestre con cara de lagarto comiera ratones de aperitivo. Creen que Starsky y Hutch son un grupo de música, o que los Ángeles de Charlie son sólo un estreno de cine.
Y para rematar la faena, van y meten la puntilla con los 15 síntomas que delatan que uno se está haciendo viejo:
- Entiendes el texto anterior, y sonríes...
- Te has quedado sin el descuento del carnet joven.
- Te acuerdas de las pesetas.
- Tienes medicinas en la mesilla de noche.
- La virginidad hace tiempo que dejo de ser un tema de conversación.
- Un niño te dice en la calle: "Perdone, señor, ¿tiene hora?", y te sienta mal.
- Necesitas mucho más de una mañana para recuperarte de una noche de diversión.
- Al acabar de ducharte cuelgas la toalla en su sitio.
- Te molesta que otro deje la pasta de dientes destapada.
- Todos los de Operación Triunfo y el Gran Hermano son más jóvenes que tú.
- Tus sobrinos saben más que tú de ordenadores.
- Vas a la playa y puedes pasarte todo el día sin bañarte.
- Te puedes gastar 16 euros en un disco sin quedarte "pelado" el resto del mes.
- Los dependientes de las tiendas de ropa parecen tus hermanos pequeños.
- Después de leer este e-mail decides enviarlo a un amigo; seguro de que le va a encantar...
¡Y los cumplo casi todos! De esta no me recupero hasta las navidades. Hundido, estoy hundido.
190. Miércoles, 1 octubre, 2003
Capítulo Centésimo nonagésimo: ¿Por qué en una discusión cuando una persona tiene la razón hay que dársela si ya la tiene?
El ser humano en su totalidad, también las mujeres, ha tenido desde siempre interés por aprender, curiosidad por observar cualquier cosa que ocurriera a su alrededor, observando el cielo, la forma de vivir de los animales, de las plantas, el uso podíamos hacer de ellos, como fabricar herramientas, conocer como reaccionaba el cuerpo ante diferentes estímulos y enfermedades, cómo alcanzar el cielo y volar, qué tiempo iba a hacer...
La cantidad y profundidad de conocimientos y el ansia por tenerlos es una aspiración lógica de cualquier persona y, a pesar de que tanta información puede acabar aturdiéndonos un poco, la satisfacción de aprender algo nuevo siempre es un reto para seguir adelante y gritar que vale la pena vivir.
Sal, vinagre y aceite. Para que una ensalada quede correctamente aliñada hay que seguir un estricto orden, primero la sal, después el vinagre y, lo más importante, el aceite al final para que cree una fina capa sobre los alimentos y, como consecuencia, el sabor del resto de los alimentos "resbale" sobre esta capa.
Hay veces que uno se maravilla de como, a estas ya tan difíciles edades, la mente sigue así alerta y, aunque me costó mucho trabajo, pude ayer aprender ¡por fin!, el orden en que se debe de aliñar correctamente una ensalada. Una pena que la satisfacción que me invade impida que me concentre hoy en mi trabajo y tenga que pasarme el día sin hacer nada.
Y no es ninguna disculpa, simplemente un efecto colateral del aprendizaje de la vida.
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