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246. Viernes, 19 diciembre 2003
Capítulo Ducentésimo cuadragésimo sexto: ¿Por qué hay un chaleco salvavidas debajo de los asientos de los aviones en vez de un paracaídas?
Me voy de vacaciones, eso sí, sólo hasta el cinco de enero.
Es muy poco tiempo, lo sé, pero es todo lo que he podido conseguir después de luchar encarnizadamente con mis jefes rebajándome a darles la razón y admitir hasta como las "tanga girls" pueden ser mejores bailarinas que las "supernenas".
Y es que, cuando está en juego algo tan sagrado como el descanso laboral, hasta los principios más inamovibles llegan a temblar.
La batalla ha sido dura, he tenido que presentar un demoledor informe sobre "Consecuencias de la falta de fiestas y puentes en el último trimestre del 2003 sobre el rendimiento laboral de los empleados modelo", informe detallado dónde especifico claramente mi necesidad de tenerme que coger unos días libres después de estos agotadores meses.
De seguir a este ritmo las consecuencias son evidentes, en poco tiempo acabo con el síndrome de "Burn Out", típico de los trabajadores estresados y que, por si alguno lo padece y no lo sabe, cursa con: desmotivación, tristeza, apatía, dolor de espalda, ojos rojos, nerviosismo, irritabilidad, desilusión, ansiedad, angustia, cansancio, debilidad, hipersensibilidad, insomnio, desordenes metabólicos, desequilibrios de la presión arterial, disminución de la autoestima, falta de concentración, abatimiento, desesperación, amargura , debilidad..
Vamos, como que casi que lo tengo todo ya, todos habéis podido comprobar mi estado de animo en cada post, sabéis lo que cada día trabajo y como soy incapaz de tener algún día tranquilo si tengo algo pendiente, que para eso mi trabajo es siempre lo primero. Sois mis testigos.
Hasta el cinco de enero, seguiré escribiendo desde casa en peluche 2.0 para que no me olvidéis. Nos vemos el año que viene ya.
245. Jueves, 18 diciembre 2003
Capítulo Ducentésimo cuadragésimo quinto: ¿Por qué pida uno el plato que pida siempre tiene mejor pinta el que ha pedido el de enfrente?
Las mariposas no son más que el desarrollo adulto de un insecto cuya única función, llegado a ese estado, es la reproducción.
Hasta tal punto está ligada esa función de reproducción a su existencia, que muchas de estas mariposas ni tan siquiera tienen estómago, ni modo alguno de alimentarse. Si son machos mueren después de realizar la cópula y, si son hembras, después de la puesta.
Suerte que tiene las mariposas, nosotros, las "personas humanas" somos algo más complicadas en ese sentido, un millón de veces al día es inevitable tener que tomar decisiones, escoger, priorizar.
El tomar la decisión adecuada, dependerá en mucho de que seamos capaces de ser sinceros con nosotros mismos sin necesidad de escondernos detrás de expresiones como: "debería", "querría", "sí, pero...". Lo fundamental es la confianza y la creencia de que la decisión tomada es la mejor.
El siguiente paso es actuar en consecuencia y sentir que estamos haciendo lo correcto por tomar una decisión muy estudiada, y que no hemos tomado al azar. Siempre hay que mirar hacia adelante y saber que la voluntad y la perseverancia hacen que llegamos a las metas fijadas.
Por tanto y según esta muy argumentada filosofía de vida, y como adelanto de unas merecidas vacaciones que no llegarán hasta mañana, hoy no pienso dar ni golpe.
Y si alguno no está muy convencido, aquí va una pequeña historia práctica de como hay que poner primero lo verdaderamente importante, y dejar para los huecos perdidos, algo tan absurdo como es eso que llaman "trabajo" :
Un experto asesor de empresas en Gestión del Tiempo quiso sorprender a los asistentes a su conferencia.
Sacó de debajo del escritorio un frasco grande de boca ancha. Lo colocó sobre la mesa, junto a una bandeja con piedras del tamaño de un puño y preguntó:
¿Cuantas piedras piensan que caben en el frasco? Después de que los asistentes hicieran sus conjeturas, empezó a meter piedras hasta que llenó el frasco. Luego preguntó:
¿Está lleno?
Todo el mundo lo miró y asintió. Entonces sacó de debajo de la mesa un cubo con gravilla. Metió parte de la gravilla en el frasco y lo agitó. Las piedrecillas penetraron por los espacios que dejaban las piedras grandes. El experto sonrió con ironía y repitió:
¿Está lleno?
Esta vez los oyentes dudaron:
Tal vez no.
¡Bien!
Y puso en la mesa un cubo con arena que comenzó a volcar en el frasco. La arena se filtraba en los pequeños recovecos que dejaban las piedras y la grava.
¿Está lleno? preguntó de nuevo.
¡No!, exclamaron los asistentes.
Bien, dijo, y cogió una jarra de agua de un litro que comenzó a verter en el frasco. El frasco aún no rebosaba.
Bueno, ¿qué hemos demostrado?, preguntó.
Un alumno respondió:
Que no importa lo llena que esté tu agenda, si lo intentas, siempre puedes hacer que quepan más cosas.
¡No!, concluyó el experto: lo que esta lección nos enseña es que si no colocas las piedras grandes primero, nunca podrás colocarlas después. ¿Cuales son las grandes piedras en tu vida?. Tu salud, tu familia, tus amigos .... Recuerda, ponlas primero. El resto ya encontrará su lugar.
Resumiendo en diez palabras: "hoy-no-me-da-la-gana-trabajar-lo-se-pais".
Cuestión de prioridades. !Ea!
244. Miércoles, 17 diciembre 2003
Capítulo Ducentésimo cuadragésimo cuarto: ¿Con qué se "pincho" la Bella Durmiente para quedarse "'dormida" durante tantos años y encima despertarse igual de joven que cuando se durmió?
Lo tengo comprobado, aquellos que se pasan todo el mes de noviembre quejándose de lo mucho que "odian" las navidades que se les vienen encima, son los que luego se empeñan durante todo diciembre, de organizar tres comidas y dos cenas diarias para celebrar precisamente eso de lo que tanto protestan.
Y como uno es buena persona y cumple pues asiste a la mayoría de ellas y en todas me pasa igual: me timan.
A mí, que apenas paso de los 55 kilos y estoy acostumbrado a estar servido en cuanto a comida, con mis 50 gramos de alpiste diario que compro en el carrefour los primeros domingos de cada mes, me parece una injusticia eso de qué, por aquello de no andar haciendo cuentas, en esto de las celebraciones navideñas todos paguemos lo mismo.
Estaría de acuerdo en cualquier otra circunstancia, pero cuando uno come con los del trabajo, una cosa ya de por sí estúpida, pagarle los excesos, por ejemplo, a la gorda de administración (como descripción, no como insulto), me parece, como poco, una obscenidad.
Todo el espíritu navideño que queráis, pero viéndola comer mientras pienso que además de parte de la comida, le voy a tener que pagar otra parte de todas las pastillas para la tensión, el colesterol, la diabetes y demás historias, que le van a producir esos atracones, se me hace muy cuesta arriba. Encima de cornudo, apaleado.
Menos mal que el viernes me voy de vacaciones, va a ser la única manera de calmar tanto estrés "gastronómico-laboral" navideño.
243. Martes, 16 diciembre 2003
Capítulo Ducentésimo cuadragésimo tercero: ¿Por qué para limpiar una cosa es necesario ensuciar otra y, en cambio, es posible ensuciarlo todo sin necesidad de limpiar nada?
Mi sobrino, que dentro de muy poquito cumplirá tres años, ha encontrado utilidad a una de las cosas más inútiles que puede existir en una casa: el bidet.
Él, que se fija, ha descubierto que el trasto ese, a medio camino entre un aparato de tortura de la inquisición y un instrumento para poder hacer más cómodas ciertas fantasías lúbricas, parece fabricado para que lo use de urinario a la medida. Al menos hasta que crezca, que por ahora no llega, aunque sea por poco, dónde llegan los demás.
Dicen las estadísticas que si algo caracterizaba a los retretes de los países mediterráneos era la existencia del bidet. Hace tan sólo diez años la mayoría de las casas de Francia (97%), Italia (95%), Portugal (93%) o España (93%), lo poseían.
Pero la moda americana también se impone en eso y hoy por hoy, apenas el 45% de las casas nuevas lo "disfrutan". Aunque aún está lejos de la "rareza" que es poseer un bidet en Inglaterra o Estados Unidos, dónde parece que solo el 3% de las casas lo tienen.
Y es qué no está el precio de los pisos para poner "mariconadas" de esas que nadie usa, al menos en casas que son serias y dónde hasta el perro, que se llama nicolás, mea levantando la pata, como debe ser.
242. Lunes, 15 diciembre 2003
Capítulo Ducentésimo cuadragésimo segundo: ¿Por qué cuando le llaman a alguien por el móvil comienza a dar paseítos como un idiota?
Que la mayoría de los animales, y cuanto más inferiores mejor, se lo "montan" muy bien, es algo que cualquiera que se haya despertado cinco minutos en mitad de la siesta, teniendo la segunda cadena puesta para conciliar el sueño, se habrá dado cuenta.
Sin ir más lejos ahí están las babosas, parecen unos bichos sosos, sin oficio ni beneficio y resulta que son, nada más y nada menos, que hermafroditas, vamos que tienen los dos sexos durante toda la vida, usando una temporada uno y otra temporada otro..
Aunque eso sí, no se autofecundan. Cosa normal, teniendo el doble de oportunidades de ligar no van a perder el tiempo haciéndoselo con "ellos-as mismos-as".
Son muy apañados, realizan el coito colgando de un filamento de "mucus", enroscándose entre sí y emitiendo por su cabeza el órgano copulador con el que intercambian los espermatozoides.
Dicho de otra manera, en ese momento son, literalmente, dos machos copulando. (Uy, ahora que lo pienso, !la de veces que me habré sentido yo "babosa"!)
Sin duda es el mejor momento de su vida, sobre todo si tenemos en cuenta que el resto de su existencia tendrán que ejercer su parte de hembra.
241. Viernes, 12 diciembre 2003
Capítulo Ducentésimo cuadragésimo primero: ¿Por qué cuando uno va al cine las personas cuyos asientos están más lejos del pasillo son las que llegan las últimas?
Lección práctica con vistas al fin de semana. Sólo vamos a necesitar unas pinturas de esas que son fácilmente lavables (eso sí, que no sean muy tóxicas). Un simple lápiz de labios, si no hay nada más a mano, nos viene al pelo, por ejemplo.
Las posibilidades son tan amplias como la imaginación, y el resultado, el de verdad, no el artístico, va a merecer la pena.
Se trata de pintar y ser pintado, jugar con formas abstractas, con dibujos naif, aprovechar los contornos del cuerpo desnudo, hacer de los pechos dos montañas, de la barriga un desierto y del ombligo un oasis, y ver como se va diluyendo todo con la excitación de ser recorrido por unos labios que acaben "bebiendo" de ese "oasis" como si no lo hubieran hecho en tres meses.
Aunque bien mirado no hacen falta ni las pinturas, basta con escribir palabras en el cuerpo con la lengua, muy lentamente, dejando que adivinen que letra estamos escribiendo, empezando por la espalda y acabando por zonas mucho más interesantes.
Escribir "esternocleidomastoideo" con la lengua húmeda tiene que acabar en orgasmo irremediablemente. Por probar que no quede.. seguro que no van a decir nunca "pasapalabra".
Y si uno es tartamudo para que seguir...
240. Jueves, 11 diciembre 2003
Capítulo Ducentésimo cuadragésimo: ¿Por qué abras por dónde abras la caja de un medicamento siempre aparece el prospecto incordiando?
El diccionario de la Real Academia define el ombligo como una cicatriz redonda y arrugada que se forma en mitad del vientre.
Seguro que los ombligos de las señoras de los académicos se ajustan estrictamente a este significado, pero los de esos señores con camiseta tres tallas menos que se empeñan en salir enseñándolo justo por encima de los calvin klein, eso de "arrugado" como definición, no se ajusta precisamente a la realidad.
Lo del ombligo como cosa estética no es de ahora, ya en la edad media se cuidaba su forma; a los niños pequeños se les envolvía como una momia mientras se les colocaba una bola de plomo en la cicatriz del cordón umbilical para conseguir un hermoso y profundo ombligo, método que algunas abuelas y madres todavía practican, aunque ahora las bolas sean de algodón o lana en vez de plomo.
Otras historias sobre la función umbilical son más curiosas, por ejemplo los "Unmatjera", una tribu aborigen australiana que pensaban que los llamados "muris" o "gérmenes de los niños" se escondían tras las rocas o los árboles esperando entrar en las mujeres por el ombligo para embarazarlas, sin relacionar realmente el orificio de dar a luz con el de la concepción, vamos que para ellos los hombres no estaban nada más que para dar placer a las mujeres y no para reproducirse, que para eso ya estaba el ombligo.
De todas las formas y viendo los ombligos que adornan ciertos cuerpos, alguien tenía que empezar a pensarse muy seriamente incluir como obligatorio que determinadas personas fueran siempre con el ombligo al aire.
Para eso estamos en la era de la imagen... y la estética ante todo.
239. Miércoles, 10 diciembre 2003
Capítulo Ducentésimo trigésimo noveno: ¿Dónde van a parar los pedos que uno se contiene?
Al contrario que los óvulos en las mujeres (y que quede claro que yo no tengo la culpa de eso, simplemente que "lo que e... e"), el esperma del hombre no se agota.
Ni la edad, ni ningún tipo de actividad sexual, por frecuente que ésta sea, es capaz de acabar con la producción de espermatozoides. Sólo algunas enfermedades o lesiones pueden hacerlo.
Una eyaculación contiene entre 40 y 300 millones de espermatozoides, una cifra bastante ridícula si la comparamos con la del perro (entre 200 y 2.000 millones) o la del caballo (entre 5.000 y 25.000 millones), pero suficiente para que al final, alguno cumpla su cometido.
Pero no es lo más importante la "cantidad" sino la "calidad", que viene determinada por la movilidad de los espermatozoides, algo que se demuestra con una de las pruebas a la que los pacientes ponen menos reparo de todas las que existen -y son unas cuantas- en la seguridad social, y que consiste en masturbarse para realizar luego un espermograma.
Por cierto, tanto "cantidad" como "calidad" mejoran y mucho, cuando se "descarga" con frecuencia, igual da si se hace con la pareja o rindiéndole tributo a Onán, que el resultado, aunque hay que reconocer que sólo el resultado, es el mismo.
Y me quedo yo dándole vueltas a como habrán contado el número de espermatozoides de un caballo, bueno más bien a como se habrá masturbado el caballo para podérselos contar luego.
238. Martes, 9 diciembre 2003
Capítulo Ducentésimo trigésimo octavo: Sí Popeye y Olivia no mantienen relaciones, ¿de donde sale Cocoliso y por que se parece tanto a ambos?
Echarse unas cuantas risas para empezar la semana, especialmente si es como esta más corta, suele ser un buen método para mantenerse sano, un método mucho más eficaz y bastante más barato que atiborrarse de medicamentos. Si uno se habitúa a reír y a no tomarse todo a la tremenda, la calidad de vida puede ganar muchos enteros.
El problema esta en encontrar cada día esas cosas que le arranquen a uno, no ya la sonrisa, sino una buena carcajada y cuanto más fuerte mejor, pero todo es cuesttión de buscarlas, que "haberlas, haylas", fijo.
Y como lo primero, sin duda, es aprender a reírse de uno mismo, me han contado un método infalible para que eso ocurra. Solo se necesita una cámara de video y rodar metros y metros de película de uno para luego verse. Fácil.
Vale, sí, para según que escenas es recomendable una pareja, pero desde luego no es imprescindible.
Yo ya tengo hasta título para la mía, se llamará "Caramba con el mayordomo, que largo tiene el maromo", y estoy dudando entre usar el pseudónimo de "Paco Rerte" o "Paca Lentarte", algo que tendré que consultar con mis asesores de imagen, que son los expertos en marketing, aunque ambos dos como podreis apreciar, son discretos a la par que elegantes..
Además, en plan previsor y por si ese título ya está cogido, que a mi me suena de cuando saltaba por de canal en canal con la tarjeta "educativa", tengo uno alternativo: "Estoy contento, tengo pelos en el culo y me los cuento".
Digo yo que alguno de los dos podré usar. Y mira tú por cuanto además de reírme conmigo mismo a lo mejor me saco unos cuantos euros en plan distribuidor.. ¡como para no intentarlo! Un chollo oiga, un chollo
237. Viernes, 5 diciembre 2003
Capítulo Ducentésimo trigésimo séptimo: Si Pluto es un perro normal y Mickey es su amo, ¿qué tamaño tiene ese ratón?
Cualquier relación de pareja atraviesa al principio una etapa de "luna de miel" en la que no se desea otra cosa que estar solos y disfrutar al máximo el uno del otro.
Esa etapa de "aislamiento" dura lo que dura la fase de "enamoramiento" que no es más que una pura y dura reacción bioquímica, y que no se prolonga indefinidamente. Y menos mal.
Pero en esa etapa uno ni ve, ni oye, ni entiende, y sino que se lo pregunten a los habitantes de Puebla del Río, en Sevilla, que han costeado, sin saberlo, las largas conversaciones telefónicas de su alcalde enamorado.
Y es que Julio Álvarez, que así se llama el "trastornado" alcalde, ha llegado a gastar hasta 6.230 euros en teléfono para tener contenta y atendida a su pareja. En la factura total se incluyen hasta 25 llamadas realizadas el día de San Valentín, así como infinidad de mensajitos cortos.
No tendría mayor problema la cosa si el enamorado alcalde no hubiera llamado desde el teléfono del ayuntamiento, en vez de usar el suyo, eso sí, el pobre alegó que hizo las llamadas por un simple "error" porque "mi móvil privado y el público son iguales".
Si por algo dice el refrán que el amor es ciego, al menos hasta que el matrimonio le restaura la vista.
Hasta el martes, que este año el puente de la Inmaculada Constitución apenas si es una "pasarela".. ¡"Amosk! ¡una fiesta en sábado!....
grrrrrrrrrrr...
236. Jueves, 4 diciembre 2003
Capítulo Ducentésimo trigésimo sexto: ¿En que se podía parecer la abuela de Caperucita a un lobo para que se pudieran confundir en camisón?
Leo en una de esas revistas que regalan los domingos con el periódico y que trae en portada el último "momio" de la "belen-esteban" cuando posaba en bañador agarrada del brazo del "hortera-cano", que los que saben de esto, o al menos presumen de saber de esto, han hecho un concienzudo estudio explicando como existen unas señales inequívocas que demuestran cuando una persona se siente atraída por otra que tiene delante.
No es que me fíe yo mucho de alguien que en su tarjeta de visita ponga "antropólogo", que más bien suena a protagonista de "el silencio de los corderos" que a una profesión honrada, pero digo yo que, sí fuera verdad, conocer esos gestos "delatores" sería una buena forma de tener ventaja a la hora de ligar.
Y es que ya, a ciertas edades, eso del rechazo de plano, además de empezar a ser demasiado habitual, puede crearnos un trauma de padre y muy señor mío y siempre será mejor correr los menores riesgos posibles.
Pero vamos a lo práctico, dicen que cuando una persona se siente atraída por otra que tiene delante, tiende a arquear la espalda al mismo tiempo que tensa los músculos del pecho. Es un gesto ancestral para demostrar fuerza y virilidad en los hombres, e interés y accesibilidad en las mujeres, que tienen una "técnica" muy similar al hombre llevando el busto hacia adelante. En dos palabras, sí cuando te miran, sacan pecho, puede haber plan.
Otro gesto muy significativo, típico de los dos sexos sin distinción, es acariciarse suavemente la barbilla mientras deja "posar" su mirada en lugares como el cuello o los labios. Eso es poco menos que gritar algo así como "te-deseo-y-soy-tu-bestia-sexual" pero sin decir ni una sola palabra.
Hay más, humedecerse los labios, cruzarse de piernas mientras se acarician las rodillas, agarrar cualquier objeto que esté a su alcance y jugar con él.. todos, según los antropólogos estos, son señales que nos está mandando la persona que tenemos enfrente para decirnos sin palabras que nos desea.
Resumiendo, que basta fijarse un poco para evitar lo que más trabajo cuesta a la hora de ligar: tener que hablar con la persona con la que, al fin y al cabo, el único "conocimiento" que queremos tener es ese que llaman "bíblico", sin necesidad de que nos empiece a contar su vida.
Sólo por eso merece la pena poner en práctica tan curiosas teorías.
235. Miércoles, 3 diciembre 2003
Capítulo Ducentésimo trigésimo quinto: ¿Por qué Tintin hace siempre amistad con un niño y nunca con una niña?
Siempre me ha parecido muy ingenioso ese mecanismo que tienen las cajas de los pañuelos de papel dónde cuando sacas uno, ya queda fuera la puntita del otro para la próxima vez.
Sin embargo nunca me he fiado mucho de ellos, y no ya por el número de unidades que dicen que tienen y que luego nunca tienen, jugando con eso de que nadie va a ponerse a contarlos, sino por lo que dicen de su composición: "celulosa pura".
¿Quien puede creerse que esos pañuelitos son sólo "celulosa" y nada más que celulosa?, A ver, a mí me enseñaron en el colegio que la celulosa que era algo así como "ce-seis-hache-diez-o-cinco", e igual que, por ejemplo, el ácido acetil salicílico en las aspirinas, tiene que llevar un excipiente, un soporte que lo una.. ¿Dónde, de la composición, está ese "cemento"?
Y es que nos engañan por todos los lados, y no sólo con la "composición", también en la caja pone "pañuelos de suave y blanco tisú", en cuanto a la blancura y suavidad la cosa es relativa aunque podría colar, pero resulta que "tisú" según el diccionario es "tela de seda muy fina, entretejida de hilos finísimos de oro y plata que la traspasan desde el haz al envés"
Sé que a un euro la caja en el "todo a cien", no me voy a encontrar pañuelitos de oro, pero ya que los llaman "tisú" por lo menos que podrían poner algún hilito dorado... aunque sólo fuera para disimular, además adornarían mucho.
234. Martes, 2 diciembre 2003
Capítulo Ducentésimo trigésimo cuarto: ¿Por qué los descapotables son tan caros si se ahorran la mitad de la carrocería?
Que la vida es dura es una verdad universal, pero está claro que no todos tienen que hacer el mismo esfuerzo para conseguir aquello a lo que aspiran.
Estas "diferencias" empiezan desde el más principio de los principios, desde la misma fecundación, que al fin y al cabo no es más que una versión reducida de lo que después ocurrirá durante toda la vida.
Y es que la discriminación por sexo es algo consustancial a toda persona desde antes incluso de su concepción.
La célula femenina es decir el óvulo que en ese momento sea el "afortunado" solo tiene que esperar para elegir, sin mover un dedo, sin despeinarse; La célula masculina, el espermatozoide, en cambio tendrá que luchar con uñas y dientes para ser el mejor entre un montón de competidores, con el único propósito de llegar hasta la hembra y ser "atrapado" por ella para siempre.
Una eyaculación deposita entre 200 y 1.000 millones de espermatozoides en la vagina que empezarán así un recorrido largo y difícil, los apenas 15 centímetros que les separan del óvulo equivalen a un viaje de centenares de kilómetros que deben hacer en muy poco tiempo.
Primera trampa, inmediatamente después del coito una gran parte de ellos mueren en la misma vagina de la mujer víctimas de la acidez de su contenido (por ahora sólo de la acidez del contenido, no de la acidez de la mujer).
Únicamente los que consiguen refugiarse en el interior del cuello del útero sobreviven y aún así el moco existente en esa zona no deja de ser una tumba para muchos de ellos. La anatomía femenina se encargará de ponerle "cienes y cienes" de obstáculos, uno tras otro..
Segundo paso, mediante movimientos ondulantes, los valientes que aún sobreviven a las trampas penetran en el interior de la cavidad del útero buscando el orificio de las trompas, solo unos pocos miles lograran encontrar el verdadero camino entre los complicados vericuetos femeninos, y finalmente apenas una docena, los más fuertes, llegarán a las inmediaciones del óvulo.
Al final, y salvo excepciones, sólo uno de aquellos millones, generalmente el que el óvulo quiera, conseguirá penetrar en la célula femenina que no habrá hecho nada más que esperar viendo complacida como su "valiente" vencía mil y un obstáculos para ser merecedora de ella.
Hay cosas que ya desde sus inicios están hechas para entender a la perfección quien va a tener que luchar en esta vida para conseguir lo que otras solo tendrán que esperar a que se lo traigan.
233. Lunes, 1 diciembre 2003
Capítulo Ducentésimo trigésimo tercero: ¿Por qué solo fabrican esparadrapos que, o no se pegan o no pueden despegarse?
Hoy me pongo un poco serio para cumplir una promesa que le hice a una "camionera" como dios manda (con su "martillo" y todo), este fin de semana, que se ha empeñado en que, aunque solo sea por una vez, aparque mi vena misógina y reivindique a la mujer, (de todas formas, una vez más lo re-pi-to: misoginia y machismo NO tienen nada, pero nada que ver").
Y mira tu por donde acabo de leer que las mujeres chinas son las más tristes del planeta; Un 56% de los suicidios femeninos que se producen en el mundo corresponden a China.
Hasta el gobierno chino, preocupado por este índice tan elevado puso en marcha en los años noventa lo que llamó "programa de la felicidad" y que consistía en entregar a las mujeres unas cuantas gallinas y un cerdo pensando que así dependerían menos de sus maridos y por lo tanto serían más felices. Naturalmente el programa fracasó, que para eso la felicidad no se puede arreglar con tres gallinas y un cerdo, por muy chinos que estos sean, correteando por mitad de la casa.
Por cierto y hablando de cerdos, en la misma página aparece la noticia de como agencias de viajes de Singapur organizan, por unos 7.000 euros todo incluido, viajes a Vietnam durante una semana para conocer hasta doscientas jóvenes "vírgenes y dóciles", con su certificado médico y ficha detallada con sus marcas y cicatrices.
Sin más comentarios. ¿Para qué?
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