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246. Viernes, 19 diciembre 2003



Capítulo Ducentésimo cuadragésimo sexto: ¿Por qué hay un chaleco salvavidas debajo de los asientos de los aviones en vez de un paracaídas?



Me voy de vacaciones, eso sí, sólo hasta el cinco de enero.



Es muy poco tiempo, lo sé, pero es todo lo que he podido conseguir después de luchar encarnizadamente con mis jefes rebajándome a darles la razón y admitir hasta como las "tanga girls" pueden ser mejores bailarinas que las "supernenas".



Y es que, cuando está en juego algo tan sagrado como el descanso laboral, hasta los principios más inamovibles llegan a temblar.



La batalla ha sido dura, he tenido que presentar un demoledor informe sobre "Consecuencias de la falta de fiestas y puentes en el último trimestre del 2003 sobre el rendimiento laboral de los empleados modelo", informe detallado dónde especifico claramente mi necesidad de tenerme que coger unos días libres después de estos agotadores meses.



De seguir a este ritmo las consecuencias son evidentes, en poco tiempo acabo con el síndrome de "Burn Out", típico de los trabajadores estresados y que, por si alguno lo padece y no lo sabe, cursa con: desmotivación, tristeza, apatía, dolor de espalda, ojos rojos, nerviosismo, irritabilidad, desilusión, ansiedad, angustia, cansancio, debilidad, hipersensibilidad, insomnio, desordenes metabólicos, desequilibrios de la presión arterial, disminución de la autoestima, falta de concentración, abatimiento, desesperación, amargura , debilidad..



Vamos, como que casi que lo tengo todo ya, todos habéis podido comprobar mi estado de animo en cada post, sabéis lo que cada día trabajo y como soy incapaz de tener algún día tranquilo si tengo algo pendiente, que para eso mi trabajo es siempre lo primero. Sois mis testigos.



Hasta el cinco de enero, seguiré escribiendo desde casa en peluche 2.0 para que no me olvidéis. Nos vemos el año que viene ya.