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2780. Jueves, 3 diciembre, 2015

 
Capítulo Dosmilésimo septingentésimo octogésimo: "Habla para que yo te conozca”. (Sócrates, 470 - 399 a.C.; filósofo griego).

Las personashumanas siempre andamos con tonterías entre nosotros con tal de marcar diferencias (a favordeobra, claro). Que si el color de piel, que si la religión, que si la estatura, que si el peso, que si tus orejas son de dumbo. Pero hay algo que nos iguala a todos porque todos creamos la misma. Es la magia de la mierda.

Porque si hay un paradigma de la igualdad y de la no discriminación esa es la mierda. Ya puedes comer patédefuá sobre lecho de berros napado con salsa de lengüecitas de canario, o unas bravas con callos, que al final la mierda es mierda y, la suelte quien la suelte, olerá a mierda.

Demasiada mierda, sí, pero es que uno se deja llevar por lo primero que se le pasa por la cabeza al llegar a la cosa laboral y claro, !a ver de qué te vas a acordar!