Capítulo Noningentésimo septuagésimo primero: "Haría cualquier cosa por recuperar la juventud... excepto hacer ejercicio, madrugar, o ser un miembro útil de la comunidad" (Oscar Wilde, 1854-1900, dramaturgo y novelista irlandés.)Lo decía
Sara Montiel cuando, en la boda con su último marido -bastantes años más joven que ella-, le preguntaban el por qué si siempre le habían gustado los hombres más mayores que ella esta vez se había "
enamorado" de alguien mucho menor. "
Verán", dijo poniendo su habital cara de la
muñeca pepona abuela de
Mariquita Pérez, "es muy fácil de explicar, a mi edad ya me resulta imposible encontralos más mayores... salvo en el cementerio".
Laboralmente empiezo a estar en la misma situación. Con la edad que uno tiene ya, resulta lógico que el nuevo flamante
director del departamento de nueva creación -sin nombre ni función conocida- tenga menos años que yo. Y antes de seguir hay que dejar claro que, por supuesto, el que no se sepa para qué va a servir el susodicho
departamento es tan anecdótico como que el tío en cuestión sea hermano de la amante del jefe que más manda. Por mas que les guste hablar a las lenguas de doble filo, la vida tiene esas casualidades.
De todas formas y como la gente es muy mala, yo que él tendría cuidado. Más sabe el diablo por viejo que por diablo.
Y mañana, San Isidro. Hasta el miércoles pues.