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737. Martes, 4 abril, 2006

 
Capítulo Septingentésimo trigésimo séptimo: "Las mentes son como los paracaídas. Sólo funcionan si están abiertos." (Lord Thomas Robert Dewar. 1864-1930, escritor británico)

Lo dicen en todos y cada uno de los cursos y masteres varios de todas y cada una de las carísimas escuelas de negocios (y hay unas cuantas): "un lenguaje claro, directo y preciso es el mejor elemento estratégico aplicable a cualquier gestión de crisis".

Cuando la esposa del famoso lexicólogo francés Émile Littre pilló a su marido con las manos en la masa, o más bien en la criada, en el lecho conyugal, en lugar de ponerse a chillar, prefirió guardar la compostura y le dijo, con toda la dignidad que le fue posible: "Émile, estoy sorprendida".

Como buen lexicólogo, el esposo infiel contestó: "No, cariño, tú estás "asombrada". El "sorprendido" soy yo".

Nada como ser capaz de transmitir el mensaje de forma clara para que éste llegue de una forma eficaz. La precisión del lenguaje que dicen.