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  553. Jueves, 26 mayo, 2005

 
Capítulo Quingentésimo quincuagésimo tercero: "Cuidado con la tristeza. Es un vicio" (Gustave Flaubert, 1821-1880, escritor francés)

Sigo leyendo la misma revista para la "mujer-mujer" en la que algunas páginas antes explicaban lo del "whoring", y encuentro lo que ellos llaman una "fórmula infalible para poner en marcha cualquier fantasía sexual":

  "Lo primordial es estar seguro de querer hacerlo, el resto de la receta es sencilla: tres gotas: una de complicidad, otra de confianza y la tercera de cariño, un pellizco de sentido del humor, retirar miedos y prejuicios, añadir libertad y deseo de disfrutar, moverlo todo bien y el placer está servido".

Vamos, como "bonito", lo que se dice "bonito" (para mandarlo por correo electrónico y tal a las amistades) pues queda, pero el caso es que como uno peina canas y no está ya para muchas ternuras adolescentes, le gustaría consejos de tipo más "práctico".

Que los hay, ya lo creo que los hay, y además comprobados y hasta garantizados por gente importante y fuera de toda sospecha.

Víctor Hugo escritor y poeta francés, autor de la novela "Los Miserables", mantenía una relación apasionada con una lavandera de 27 años cuando murió, a los 80.

Seis semanas antes de morir dejó consignados en su diario ocho deliciosos y satisfactorios, para ambos, encuentros sexuales... en un mismo día.

¿El truco de la lavandera?.. dormir cada noche con una manzana estratégicamente colocada.

Según los libros de magia medievales, la manzana, una fruta con misterio desde siempre, tiene grandes propiedades afrodisíacas.

Así, si una mujer duerme con una entre los muslos, "en el lugar más privado", y hace después que un hombre la coma, ella se convertirá en "la manzana de sus ojos" para siempre.

Algo que demuestra lo evidente: la imaginación es el mejor afrodisíaco.