Capítulo Quingentésimo trigésimo: "La felicidad es como las corbatas: cada uno elige el color de la suya". (Noél Clarasó, 1905-1985, escritor español)A estas edades hay pocas cosas que logren hacerme enfadar, sin embargo y por más que uno lo intente, siempre hay algún patoso que lo acaba consiguiendo, especialmente cuando se empeña, demostrando lo atrevida que es la ignorancia, en confundir la "
parte" con el "
todo".
Lo dije una vez y no me importa repetirlo más alto.
Sé que voy a soltar un mitin desde una posición privilegiada, sé que cualquier aproximación a una realidad compleja es difícil, y sobre todo, sé que mis gustos sexuales no son sino una parte más,como mi pelo corto, mi adicción a los helados de limón ácidos, o mi manía de no llevar calzoncillos salvo en bodas, banquetes y comuniones.
Pero siguen siendo muchos, demasiados, los que, por desconocimiento o por un sentido de la "igualdad" que solo ellos pueden entender, emiten juicios de valor sobre el mundo gay con una ligereza y arrogancia propias de la más absoluta ignorancia.
Me parece muy bien la imagen petarda de circo a la que nos tiene acostumbrada la televisión, pero no es la única, ni tan siquiera la mayoritaria. Hay que acabar con que la única referencia que se haga de nosotros sea a través de tópicos y hacer entender a los demás que "
lo normal" , no reside es que nos ajustemos a unas conductas fijadas, sean las que sean, sino a que nos expresemos según nos venga en gana.
Aunque las leyes (como la de hoy) ayudan, las palabras con las que se forjan las libertades son respeto y naturalidad.
Difícilmente podremos hablar de "
conquistas de libertad" mientras tengamos que seguir hablando de "
orgullo". Solo el día que "
lo gay" deje de ser "
lo diferente" para formar parte de "
lo normal", habremos avanzado de verdad.
La mayoría de nosotros no vivimos al límite, no somos promiscuos, o al menos no más que los heteros (que las "señoritas putas" no viven del aire y hay unas cuantas), no somos millonarios, ni hacemos del "cuarto oscuro" nuestra habitación. Eso no lo determina una orientación concreta, sino los principios (o los "finales") de la persona y una elección que es tan personal como respetable.
En septiembre cumpliré 37 años y algunos meses antes, el 5 de julio, hará 20 años que tengo el mismo marido, jamás me he sentido discriminado por mi opción sexual pero sería muy cobarde por mi parte no decirles a todos los que de vez en cuando pierden la esperanza, que se puede conseguir montar una vida con todas las ventajas y los inconvenientes del resto de las personas, una vida como todas las demás y de la que sentirse satisfecho y hasta orgulloso.
Tampoco creo que tenga que presumir por ser gay, ni gritarlo a los cuatro vientos, simplemente lo soy, pero también comprendo que quedan muchas cosas por hacer y me parecería egoísta no echar una mano, aunque solo sea dando ánimos y provocando esperanza para que pueda seguir adelante toda esa gente que no lo tiene tan fácil ni tan claro.
Todavía queda mucho camino por recorrer, en eso estamos.. a pesar de los
tontos del haba que ha habido, hay y habrá siempre.
Perdón por el "sermón" matutino, prometo que mañana vuelvo a las habituales "andadas", pero ahora me he quedado de un agusto...