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301. Martes, 23 Marzo 2004



Capítulo Tricentésimo primero: ¿Por qué el humo de los cigarros siempre se va hacia los que no fumamos?



Aumenta la autoestima, canaliza el estrés, ayuda a aguantar el dolor, tonifica los músculos, saca lo mejor de nosotros, revitaliza nuestra relación con los demás, nos ayuda a sentirnos valorados.



Y encima no cuesta, o no tiene porqué costar, un euro.



Es el mejor antidepresivo natural que existe, la mejor terapia para aguantar un mal bache, el mejor "quitapenas" conocido.



Y encima no engorda, no está prohibido y no es, o no tiene porqué ser, pecado.



Es el mejor tranquilizante que existe, uno de los mejores antídotos contra la ansiedad, mejora las defensas, da luminosidad a la piel y potencia el color de los labios, te da el respiro que necesitas en ese momento de bajón, mejora la relación con la pareja.



Y aunque justo cuando uno está más apagado es cuando menos apetece, todo es ponerse...cualquiera que lo haya probado, y sino lo ha hecho peor para él, lo sabe.



Todo son ventajas, inconvenientes los mínimos.



Entonces: ¿por qué estamos perdiendo el tiempo ahora y aquí, con este invento de "trabajar", en vez de estar poniendo en práctica sus admirables, y muy recomendables, beneficios?