-   


  

 
181. Jueves, 18 Septiembre, 2003



Capítulo Centésimo octogésimo primero: Si nos dormimos en un país que no es el nuestro, ¿en qué idioma soñamos?



Vivimos en medio de tanta información que, con poquito que uno busque, siempre encontrará aquello que quiere escuchar. Sesudos estudios que luego servirán de coartada para defender los "vicios" delante de quien sea, teniendo "sólidos" argumentos para apoyar cualquier idea, por más peregrina que esta sea.



Ejemplos hay a montones, no sé, se me ocurre, como quien no quiere la cosa, por decir algo nada más, "poner los cuernos". Nos han contado siempre que eso no se debe de hacer, que no tiene justificación alguna, que lo del respeto y tal.. pues nos engañan como a chinos. Poner los cuernos también es algo de lo que uno se pueda sentir orgulloso. (ejem)



En los países nórdicos, hace algún tiempo ya, eso si, los gobernadores de las comarcas podían elegir las mujeres con las que deseaban "intimar". Las casas donde vivían las seleccionadas eran adornadas por la familia con cuernos de alce, precisamente la expresión "poner los cuernos" viene de esta costumbre tan civilizada, mientras los maridos mostraban felices el adorno ya que se consideraba un orgullo que el gobernador estuviese allí.



Para que luego digan que esos eran "pueblos bárbaros". Hay que sentirse orgulloso, que no se diga.