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  089. Miércoles, 2 Abril, 2003

Capítulo Octogésimo noveno: ¿Existirán monjes con claustro-fóbia?

Soy nudista desde que tenía catorce años, lo probé, me gustó y desde entonces solo por una imperiosa necesidad, que suele surgir del respeto a los demás, uso bañador en la playa.

Como uno pertenece al tipo standard en todos los sentidos nunca ha llamado la atención ni para bien ni para mal; Ocurre como en la vida “textil”, si uno es muy alto algunos te miran, si uno es bajito esos mismos también te miran, pero si perteneces a la gran mayoría ninguno de esos curiosos del tamaño se pone a calcular tus medidas.

De todas formas pediría a los no iniciados en el tema que si alguna vez dan el más que recomendable salto al naturismo, al menos en cuestiones de medidas se tomen las cosas con algo más que precaución. La enorme cantidad de factores que influyen en el desarrollo del tema así lo recomiendan. Algo tan sencillo como veranear en asturias o hacerlo en la costa del sol, por poner solo un ejemplo, puede hacer temblar cualquier cálculo que uno establezca en una primera ojeada.

Peluche recomienda para estudiosos de los tamaños, que los hay, una zona neutra, por ejemplo Madrid, a partir de San Isidro y en cualquiera de las dos piscinas que tienen zona reservada, ni frío ni calor, ni trampa ni cartón, todo muy aséptico. Las condiciones ideales para establecer una media.

Nota para suspicaces: hablamos siempre en reposo, si ya tocamos tamaños en otras circunstancias la cosa cambia completamente y el desarrollo del asunto puede ser completamente inesperado. Ahí si que se lleva uno buenas sorpresas, te imaginas algo partiendo de lo que ves y luego es completamente distinto, pero ese ya es otro tema.