Capítulo Tresmilésimo tricentésimo primero: “!Respeta a tus padres! ellos terminaron la escuela sin Google ni Wikipedia".
En algunos países raros (de esos que hasta circulan por el lado contrario) es completamente legal usar la piel del muerto para hacerte un
fondo de armario; siempre, claro, que antes de morir el interesado diera su consentimiento por escrito y ante notario. Es verdad que no son precisamente los británicos un ejemplo a seguir en cuestiones de moda pero si la muerta es, por ejemplo, la
yaya, lo de la arruga es bella y esas cosas en una camisa sería tan natural.
En España el rollo se corta. Hay un
Reglamento de Policía Sanitaria Mortuoria que establece que "el destino de todo cadáver será uno de los tres siguientes: 1- enterramiento o lugar autorizado. 2- incineración. 3- inmersión en alta mar", lo que directamente descarta poderte hacer unas cortinas color
carne. Eso sí, si se incinera al cadáver y al hacerlo quedan restos de carbono, una empresa suiza (
Algordanza) te los puede convertir en un pequeño (muy pequeño) diamante, menos práctico que lo de las cortinas, pero seguro que más duradero. Para eso un diamante es para toda la vida.
