Capítulo Tresmilésimo ducentésimo quincuagésimo sexto: “Estaría muy bien si antes de irnos a dormir la vida nos preguntara si deseamos guardar los cambios”.
Es verdad que hay personas que con una simple palabra te alegran el día, y que es la vida la que te va enseñando quién sí, quién no, quién nunca; pero cuando tienes que aguantarlas obligatoriamente -sí o sí-, la cosa se complica.
Laboralmente me obligan a tenerlas... pero no me gusta nada reunirme. Ayer lo hicieron sin compasión. Un trabajo en equipo implica perder la mitad del tiempo explicando a los demás por qué no tienen razón. Además, es en esos momentos cuando te das cuenta que todos tenemos derecho a cometer estupideces, pero definitivamente algunos abusan de ese privilegio.