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3251. Jueves, 15 febrero, 2018

 
Capítulo Tresmilésimo ducentésimo quincuagésimo primero: “Antes de perseguir tus sueños, yo me preguntarían por qué huyen”.

Decía un amigo, mucho más de tetas que de culos él, que la primera vez que te toca soltar ese codiciado clic del sujetador es muy comparable (además que todo se suele hacer por la misma época), a un examen de selectividad o a sacarse el práctico de conducir, eres mismamente un flan con patas.

Parece ser que a la mayoría les gustan grandes (las tetas, digo) y que pocos entienden la cantidad de problemas que a las señoras o señoritas les pueda causar el pasar de un cierto volumen; y menos entienden que algunas se las reduzcan para evitar, por ejemplo, los dolores de espalda que el tamaño les puede causar.

Ellas deberían de entender esta reticencia que ellos tienen a que se las disminuyan, ¿alguien ha escuchado a cualquier personahumanahombre decir que se haya acortado el pene y ellas mosqueándose por eso? Pues lo mismo.