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3152. Lunes, 11 septiembre, 2017

 
Capítulo Tresmilésimo centésimo quincuagésimo segundo: "Cualquier cosa que no pueda transformar en algo maravilloso, lo dejo ir". (Anaïs Nin, 1903 - 1977, escritora estadounidense).

Sé que hablar de esto es de niñocerdo pero es lo que hay, porque, aunque en estos asuntos lo del tiempo es muy variable entre personashumanas (la diferencia entre estreñidos y sueltos es notable), resulta que usamos el inodoro más de 2.500 veces al año. Unos 20 minutos al día de media. Es decir, que una persona de 80 años habrá pasado casi 13 meses de su vida con el culo pegado a la taza.

Antes, ese tiempo se hacía más llevadero con el periódico de turno -que en el retrete siempre tenía varios usos- pero ahora, con las nuevas tecnologías, el móvil es el que manda. Y no parece bueno. Aparte de ser algo más guarro de manejar (los móviles tienen 18 veces más bacterias que el pomo de la puerta del excusado), la gente que se dedica a estas cosas ha comprobado que el uso del teléfono aumenta el tiempo de estar sentado en el trono esperando. Y lo que es más curioso, ese tiempo va aumentando proporcionalmente según el número de aplicaciones que uno tenga instaladas.