Capítulo Tresmilésimo centésimo trigésimo tercero: "No puedo entender por qué la gente está asustada con las nuevas ideas. Yo lo estoy de las viejas”. (John Cage, 1912.1992 filósofo estadounidense).
Visita familiar con pueblo y eso. Son las cuatro de la tarde, todos los espirituosos decentes han volado. La matriarca se ha pasado echando "unas gotitas" de orujo en el café y ahora está más que alegre y con un aliento que tumbaría a un oso, conoce historias que solo alguien que tuvo cartilla de racionamiento puede recordar, hasta aquella vez que cagó en el titanic.
No queda más remedio que abrir ese licor turco que lleva en el mismo sitio quince años. Lo malo, puedes pillar una diarrea que no se te quite ni con tres cajas del fortasec. Lo bueno, acabarías lo suficientemente borracho como para hacer divertido el maratón del cinquillo que tienes obligatoriamente que tragarte hasta que puedas salir pitando.
Pues parece que se ha quedado buena tarde.
A veces llevo mal lo de no beber alcohol, muy mal.
