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3062. Lunes, 27 marzo, 2017

 
Capítulo Tresmilésimo sexagésimo segundo: “La edad madura es la época en que la cena romántica a la luz de las velas no importa tanto como leer el menú claramente con luz eléctrica" (André Maurois, 1885-1967, novelista francés).

Lo mejor de los fines de semana fríos de primavera compartidos es que hasta te parece apetecible la idea de quedarte en casa reptando de la cama al sofá y del sofá a la cama y de ahí a la bañera, y de ahí a la encimera de la cocina haciendo algo rápido para matar el hambre (ensartas dados de pollo intercalándolos con trozos de piña y acabando con un tomate cherry, vuelta y vuelta a la plancha y listo) y de ahí a la mesa a comer y de ahí de vuelta al sofá a ver una peli acurrucados bajo unas mantas. Y de ahí a la cama, y así ad infinitum, hasta el fatídico lunes en que te tienes que despedir y esperar horas, si no días, para arrancarle más ratitos a la rutina.

Los lunes no son buenos.