-   


  

3027. Viernes, 3 febrero 2017

 
Capítulo Tresmilésimo vigésimo séptimo: “- ¿Quieres salir conmigo? - Mmmmm... Mejor sal tu primero".

Un servidor, que solo ha visto ese tipo de cine por una cuestión de interés científico (evidentemente) ha notado como en las pelisguarras americanas los miembros de los varones son bastante diferentes al propio. Y no lo digo por el tamaño (silbo y miro al techo) sino porque prácticamente ninguno tiene prepucio. Siendo la circuncisión propia de culturas islámicas y judaicas tampoco debería ser tan normal que en un pueblo tan multicultural tres de cada cuatro hombres no tengan prepucio (ni pucio ni postpucio). Pues resulta que la culpa la tiene el señor de los cereales, el Kellogs, (y los que le hicieron caso) empeñado en promocionar la circuncisión como remedio para lo que consideraba como la "epidemia de la masturbación" y sus fatales consecuencias (ceguera, locura...)

Él se lo perdió (lo malo es que se lo hizo perder a muchos otros) porque el autoamor es un acto completamente normal. Y sano. Alivia el estrés, da placer, y apenas tiene contraindicaciones: no es posible llegar a masturbarse demasiado, si acaso sí hacerlo demasiado fuerte (en casos extremos se han registrado fracturas de pene o arterias dañadas). Además, parece que la masturbación habitual puede reducir el riesgo de cáncer de próstata (un cáncer en los que curiosamente la incidencia en las mujeres es de un 0% !enhorabuena!).

Por cierto ¿quién dijo que masturbarse tiene que ser un placer solitario?