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Lecturas de verano. 15: "Quedarse a la luna de Valencia".

 
Existen diversas hipótesis sobre el origen de esta locución que significa "quedar uno chasqueado en sus propósitos". La interpretación más popular asegura que la luna de este modismo hace referencia a la muralla semicircular que rodeaba antiguamente la ciudad de Valencia. Sus puertas de acceso cerraban, según algunas fuentes, a las diez de la noche y quienes llegaban más tarde se quedaban fuera, al pie de la muralla. Otras interpretaciones apuntan más a un trasfondo histórico, durante la expulsión de los moriscos en el siglo XVII, acudió tal avalancha de estos a las playas valencianas que no hubo suficientes naves para viajar a África. Los capitanes de los barcos prometieron a los que se quedaron en tierra que regresarían a por ellos, cosa que nunca sucedió. De ahí que los engañados se quedaran esperando a la luna de esta ciudad. Algunos incluso suponen que el origen de la frase es más sencillo. Podría venir de "dejar a la luna" expresión usada por los ladrones cuando desplumaban a alguien. O también pudo usarse como sinónimo de "quedarse al sereno pasando la noche", y por extensión, desamparado y con los sueños frustrados.
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