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2783. Miércoles, 9 diciembre, 2015

 
Capítulo Dosmilésimo septingentésimo octogésimo tercero: “La piel, de no rozarla con otra piel se va agrietando”. (Bertolt Brecht, 1898-1956; escritor alemán).

Si dormir tiene algo complicado eso es conseguir encontrar la difícil y buscada posturita. Yo porque llevo muchos años de experiencia en esto de dormir y lo tengo más o menos controlado, pero hay de todo. Hay quienes duermen estirados y bocarriba, que parece que la acaba de palmar y da un mal rollo quepaqué. Hay quienes duermen bocabajo, que con lo fácil que es ahogarse con la almohada no dejan de ser unos temerarios. Y luego están los que duermen en posición fetal, cuestión nostálgica, recuerdos de los primeros años, supongo. (Por cierto, que esos primeros años de la vida mamas hasta dormido, en cambio, a partir de cierta edad uno de tus sueños es que mientras estás dormido te la mamen ¡Qué cosas!).

Dicen los expertos que uno va durmiendo menos con los años. No es justo. Cuando eres joven y tienen energía para parar un tren resulta que te pasas todo el día sobando, en cambio, cuando te haces viejo y te oxidas vivo estás todo el día, y gran parte de la noche, con los ojos como platos. ¿Qué costaría hacerlo al revés -ahora que ya estamos más cerca de la cabezadita final- y así irnos entrenando?