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2768. Martes, 17 noviembre, 2015

 
Capítulo Dosmilésimo septingentésimo sexagésimo octavo: “No quisiera ser feliz a condición de ser imbécil" (Voltaire, 1694 – 1778; escritor francés).

Pierden el tiempo en cosas tontas pero no se ponen de acuerdo en lo verdaderamente importante. Tendrían que legislar unas mínimas normas -que fueran obligatorias- para saber qué hay que decir cuando contestamos al teléfono. Ahora es un cachondeo. Está el que dice ¿diga?, así, en plan interrogativo, es feo, que parece que contestan asustados porque les van a dar una mala noticia; y mucho peor si lo hacen en imperativo, que un rotundo !diga! asusta a cualquiera. Luego están los irrespetuosos que contestan en plan ¿quién ehhh? o ¿qué pasa? Y qué decir de los ridículos que contestan aló, ¿pero qué coñe significa aló? Aló es hola al revés, ¿qué les cuesta decirlo bien? Ya son ganas de hacerlo difícil.

Venga hacer leyes para cosas ridículas y luego para lo verdaderamente importante no tienen tiempo. Así nos va...