Capítulo Dosmilésimo sexcentésimo sexagésimo primero: "No hay nada tan rápido como un sentimiento de antipatía". (Louis-Charles-Alfred de Musset, 1810 – 1857; escritor francés).
Aunque con esa manía que tienen los chinos que chapurrean el español de cambiar la
erre por la
ele pueda llevar a confusión, lo que hay este domingo son elecciones. Proceso por el cual unos cuantos se presentan, tú eliges al que te da la gana, le das tu punto votando (votar con
uve, que con
be lo hacen las pelotas y la gente un poco obesa) y después de hacer el recuento el que obtenga más puntos es el ganador.
Un proceso que no acabamos de asimilar bien. Normal. No tenemos
cultura democrática. Desde pequeños nos acostumbran a vivir en dictadura bajo el lema
aquí mando yo y mis huevos, con la dirección de tu padre como
secretario de estado y de tu madre como
dictador oficial del régimen de tu casa.
El sistema no es perfecto, de hecho no pueden votar, por ejemplo, los menores de
dieciocho, ni los que no están censados, ni los que no tengan
papeles, pero la cosa ha avanzado mucho; es más, hace algún tiempo tampoco podían votar las mujeres, aunque esto es más lógico... ahí hemos retrocedido. ¡Ojo! A ver, me explico. Los políticos buscan el voto fácil y tonto, y las mujeres son todas muy inteligentes. Y como los políticos sabían que las personas inteligentes no iban a votar a
capullos como ellos, pues les negaron el voto.
Por cierto, el mismo razonamiento por lo que un servidor no va a ir a votar (con
uve) a ninguno de ellos este domingo. Lo mire por donde lo mire, me seduce mucho más el concepto chino.