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2600. Viernes, 13 febrero, 2015

 
Capítulo Dosmilésimo sexcentésimo: "Aprendemos a querer no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta". (Sam Keen, 1931; filósofo norteamericano).

Soy peluche y no, no soy un tío complicado, soy un tío sencillo. A mí el hombre, con que tenga sentido del humor y respete mi espacio, ya está, no me hace falta nada más. Bueno, si es guapo mejor, pero vamos, que si respeta mi espacio, tiene sentido del humor y es guapo, ya está, no me hace falta nada más. Y si cocina… ¡bua! Ya lo sé, es una estupidez, pero siempre he querido aprender, y si lo tengo en casa pues eso que me llevo. Pero vamos, que si respeta mi espacio, tiene sentido del humor, es guapo y cocina, ya está, no me hace falta nada más. Yo si cocina, tiene piso propio, buen culo, pecho depilado, un amigo modelo, una casa en el campo, una lata cruzcampo, un jacuzzi, una piscina, un chalet, un casino... vamos, lo normal, ya me conformo. Una madre lejana, un espejo, un padre coñazo pero lejos, con la habilidad de desaparecer cuando quiero estar solo y aparecer cuando necesito compañía; que sea cariñoso, no pegajoso; comprensivo, no compasivo; con carácter, no con cojones, con su poquito de mala leche y su poquito de risa; su poquito de gracia y su poquito de prisa, con estilo, con clase, con porte; un señor -vamos a reconocerlo-, pero una puta cuando tenga que serlo. No hay que darle más vueltas, yo soy un tío sencillo, nada complicado, a mí con un yate en la playa me tienen ganado, un bañador blanco, un coche alto, un chalet propio con telescopio. Y no me hace falta nada más. A mí un hombre que friegue, que planche, que limpie y que haga la mitad de las tareas de la casa... sería perfecto. Si yo no tengo problema en hacer la otra mitad: tranquilidad. Un hombre que me escuche, me enseñe, me quiera, me mime, me ame y no se meta en mi vida, tiene todas las de ganar. Un hombre discreto, que le guste podar el seto; un hombre sencillo, que me haga un bocadillo; un hombre cartucho, que le guste el cucurucho... ¿o es que pido mucho? Venga, por favor! Yo soy un tío sencillo, un tío romántico, me basta con una mirada, un susurro, un abrazo, un te quiero, una mamada, un detalle. Me gustan altos, también bajitos, los que son canijos y los que tienen cortijos, pelo largo, corto, trasquilado, melena de colores o rasurado. Yo soy un tío sencillo. Que la gente hoy en día -por muy víspera de sanvalentín que sea– en cuestiones de amor se complica mucho la vida.