-   


  

2584. Jueves, 22 enero, 2015

 
Capítulo Dosmilésimo quingentésimo octogésimo cuarto: “Procura hacerte digno de todos los favores, pero no aceptes ninguno”. (E. W. Stevens, 1894 - 1958; escritor estadounidense).

Al principio de la humanidad los jefes se decidían por el tamaño del garrote (más o menos como los aspirantes a actoresporno de hoy), el más fuerte le metía un garrotazo al jefe existente y ocupaba su lugar. Desgraciadamente esto hoy ha cambiado. Y lo de desgraciadamente no se debe entender mal; que sí, que es verdad, está mal matar gente así porque sí, pero admitámoslo, la mayoría mataríamos a nuestros jefes varias veces al día sin ningún problema, aunque más que para ocupar su lugar por simple placer o regocijo interior. Claro que si encima luego te dan su puesto pues oye.. eso que te llevas.

Sin embargo, los verdaderos inventores de los jefes fueron los griegos, que además de hacer un yogur raro, contribuyeron a perfeccionar -y hasta dándole el nombre- a lo que los jefes han hecho y nos siguen haciendo una y otra vez sin contemplaciones: el griego. Y no como gentilicio precisamente.