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2445. Miércoles, 21 mayo, 2014

 
Capítulo Dosmilésimo cuadringentésimo cuadragésimo quinto: “Ni hombre sin vicio, ni comida sin desperdicio”.(Refrán castellano).

Experimentos de varias universidades hicieron probar a dos grupos de consumidores la misma muestra de yogur de vainilla. A unos, con una cuchara de metal; a los otros con una de plástico con aspecto metálico. Sin saber que era el mismo producto los participantes opinaron que el ingerido con cuchara de metal era de mayor calidad.

Sacarán las concusiones que les de la gana (que para eso cobran), pero hacer estos experimentos con yogures no deja de ser un atentado contra los principios más básicos. ¿Habrá algún alimento más repulsivo que un yogur? De todos es sabido que si uno es capaz de comerse un yogur natural es capaz de comerse cualquier cosa.

Además, que si fuera un alimento mínimamente comestible no se empeñarían en sacar trillones de distintos sabores sólo para que, precisamente, el yogurt no te sepa a yogur. Y lo saben.