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2327. Miércoles, 6 noviembre, 2013

 
Capítulo Dosmilésimo tricentésimo vigésimo séptimo: " Es tan buen juez que está rabioso por no poder condenar a las dos partes" (Jules Mazarino, 1602-1661 cardenal italiano)

Caperucita Roja era una imbécil como un castillo. Una niña cursi y gilipuertas que habla con los lobos, expuesta a ser comida por los lobos, con el pretexto de llevarle a la abuelita una cestita con un tarrito de miel. Los padres de Caperucita eran unos hijos de mala madre, al mandar a la niña con tan absurdo mensaje y teniendo al tiempo abandonada a su suerte en el bosque a la abuela (¿paterna o materna?).

Lo que pasa es que, después de todo, yo creo que esa historia de Caperucita Roja no es más que un cuento para niños. ¿O no?