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2106. Jueves, 18 octubre, 2012

 
Capítulo Dosmilésimo centésimo sexto: “Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad”. (Arthur Conan Doyle, 1859 - 1930; escritor británico)

Dicen que los libros están en desuso, que con las nuevas tecnologías se puede leer tan siquiera uno. Puede ser, pero hay que reconocer que algunos siguen siendo fuentes de inmensa sabiduría capaces de enseñarnos a desarrollar toda nuestra capacidad y hacernos crecer como personas. Hoy, en peluchepráctico, lecturas imprescindibles para reivindicar que cuanto más leamos y cuanto más razonemos, más nos civilizaremos y más pronto llegaremos a comprender que ser vago es el futuro.

Corinne Maier, empleada de una empresa eléctrica fue sancionada por su propia compañía al publicar el libro "Buenos días, pereza" (las verdades duelen). En él describe a ésta como el arma de los subversivos, y a los perezosos como los nuevos Gandhi. Aunque en este caso ya no se trate de derrotar al "sistema" (sea quien sea este señor o señora) montando protestas violentas o manifestaciones pacifistas. Es mucho más sencillo: basta proponerse cumplir con diez simples consejos, diez pistas "mágicas" en las que se sintetiza la gran filosofía que tarde o temprano se instalará, por lógica, en el mundo.

1. Trabaje por lo que cobra a fin de mes y punto. La empresa no es el lugar adecuado para desarrollar su potencial. Hay una vida ahí fuera mucho más reconfortante.
2. Esfuércese lo menos posible. Sólo dedique algún tiempo a crear una red de contactos y a "venderse" para tener apoyos que eviten problemas.
3. Cuanto más use la jerga empresarial, más pronto creerán que está en el ajo.
4. Nunca, bajo ningún concepto, acepte un cargo de responsabilidad.
5. En las empresas grandes, elija los puestos más inútiles. Paradójicamente, es más difícil medir su verdadero efecto en la "creación de riqueza".
6. Huya de todos los cambios. En el nivel de los ejecutivos sólo se despide a los más expuestos a la vista.
7. Aprenda a identificar a las personas que, como usted, han comprendido que el sistema es absurdo.
8. Procure tratar cordialmente a los trabajadores contratados temporalmente. Son los únicos que trabajan.
9. No olvide las técnicas de despiste más eficaces: llevarse papeles a casa u organizar muchas reuniones. Jamás vaya por el pasillo con un periódico bajo el brazo.
10. No vale la pena querer cambiar el sistema, oponerse a él es reforzarlo. No hay que desesperar nunca: nada es eterno, todo tiene su fin.

Naturalmente a la hora de ponerlas en marcha, y como siempre pasa cuando alguien tiene ideas que van por delante de su tiempo, no nos quedará más remedio que luchar contra la incomprensión general, pero eso es algo que no hace sino afianzarnos más en nuestra filosofía: ser "vago" es el futuro y cuanto antes lo asumamos, y sobre todo cuanto antes lo asuman "ellos", mejor.