Capítulo Dosmilésimo octogésimo primero: "Las mariposas son flores autopropulsadas" (Robert Anson Heinlein, 1907 - 1988; escritor estadounidense)

Se comenta. Se comenta muchísimo. El rumor, como un dentista o como un adúltero, va de boca en boca y parece ser que sí, que una comisión, integrada por honorables expertos, someterá oportunamente un anteproyecto a esferas más honorables aún. El anteproyecto, bautizado con el nombre de "Infierno redentor 1" es de amplio contenido social y de alcance general. Propone la creación de un horno crematorio destinado a reducir a cenizas a todas aquellas almas que en la actualidad disfrutan de la situación de funcionario.

"El funcionariado es un quiste a extirpar", dice el mismo anteproyecto, y continúa: "el funcionario es un sujeto que se ampara en la seguridad de su puesto de trabajo para no hacer nada positivo por una sociedad de progreso, solicitando más Estado, más gasto y más cargas sobre la gente que trabaja para sacar adelante su vida y la de los suyos. Adolescentes eternos y egoístas, ninguno de ellos piensa en contribuir. Tan sólo desean que les aumenten la paga inmerecida y les solucionen un presente y un futuro que no se han ganado con su esfuerzo. Y todo eso queda enmascarado en el grito de "no nos representan" como si esa panda de críos mentales y vagos redomados representara a su vez a algo que no fuera su deseo de no crecer y seguir viviendo de los demás".

El anteproyecto también deja bien claro las honrosas excepciones: los políticos, ellos no tienen la culpa: "no, ellos se desvelan por el bien común, pero lo único que reciben son aciagas críticas cuando es evidente que de ellos no es la culpa”.

Y la noticia está en la calle. Como tantas otras que luego resulta que no son ciertas. Pero esta de la comisión de expertos es de las más seguras. Eliminar el problema del funcionariado y, además !vaya negocio!, con las cenizas de los funcionarios hacer tintas chinas y polvos pica-pica. Es que los expertos se las saben todas. Por eso son expertos, claro.

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