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2070. Martes, 28 agosto, 2012

 
Capítulo Dosmilésimo septuagésimo: "Tuve la sensación de que podía caer dentro de aquellos ojos". (Charles Bukowski, 1920 - 1994, escritor estadounidense)

Es verdad que si no te gusta, hacer la compra suele ser una experiencia desagradable. Primero hay que seleccionar un carro, difícil encontrar alguno sin catálogos doblados, guantes de la frutería, hojas de acelga o con roña armónicamente distribuida. Aunque si encuentras uno "limpio" da igual, indefectiblemente se torcerá al empujarlo, llevarlo derecho será una batalla perdida.

Después circular con él por los estrechos pasillos. Una odisea. Convenientemente distribuidos por ellos siempre hay gente que planta el carro en un lado y pone su culo en pompa en el otro mientras se estudia los productos de la balda inferior. Y eso cuando no los estacionan en doble o triple fila y desaparecen. Claro que si uno es creativo puede aprovechar esa situación para hacer un poco menos desagradable el momento. Basta con rebuscar discretamente en los anónimos carros aparcados y volver a colocar lo que contengan en las estanterías que más cerca le pillen a uno.

Si uno tiene tiempo de esperar a que vuelvan los dueños y observar sus reacciones a prudencial distancia la diversión está asegurada. Eso me han contado, vamos.