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1954. Jueves, 26 enero, 2012

 
Capítulo Milésimo noningentésimo quincuagésimo cuarto: “La ambición está más descontenta de lo que no tiene que satisfecha de lo que tiene. (Fénelon, 1651-1715; teólogo francés)

Anoche, sobre las 23,35 horas, la estación de servicio situada en el punto kilométrico 432,10 de la carretera que va de Santurce a Bilbao (por toda la orilla) fue escenario de un desagradable suceso, que viene a demostrar cómo la violencia está ensañándose con los más débiles.

A dicha hora, cuando las víctimas se disponían a echar 20 euros de super en el depósito de su coche de segunda mano fueron sorprendidos por el empleado que estaba de servicio en la gasolinera en cuestión, quien -sin que los ocupantes lograran darse cuenta de su avieso propósito- accionó un dispositivo por el que en vez de echarles en el depósito la cantidad pedida, les puso tres litros menos.

Acto seguido, con la mayor impunidad, el empleado se dispuso a limpiar el parabrisas del vehículo, que dejó echo una pena, porque lo frotó con el paño que usa para abrir los tapones de los radiadores y para limpiar las varillas de nivel del aceite; operación por la que, poniendo la mano, obtuvo dos euros de propina.

Preguntado el responsable de estos temas por el incidente ha afirmado: “Si cerráramos las gasolineras sospechosas de realizar estas infracciones, el colapso por falta de gasolina sería total”. A la misma pregunta, el presidente de la asociación de gasolineras ha mostrado su repulsa por el hecho añadiendo: “Pero.. ¿sólo tres litros?, ¡luego querrán que salgamos de la crisis!”.