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1917. Lunes, 14 noviembre, 2011

 
Capítulo Milésimo noningentésimo decimoséptimo: “No nos asombre ni escandalice el que una mujer enseñe demasiado. Es que es muy docente”. (Genaro J. 56 años, ordenanza)

Desde hace unos años circula el extraño rumor de que los tiempos cambian, y sobre todo de que van a cambiar. Un bulo que ha ido penetrando muy seriamente en lo que antes llamaban conciencia de masas y ahora llaman opinión pública Un bulo que, como tal, nunca será verdad ya que, dado el esfuerzo de continuismo de los grandes mandamases del mundo, el pasado se parece al futuro como una gota de agua a otra gota de agua. Nos lían con sus cuentos. Y lo hacen muy bien.

El arte está en presentar lo previsto como absolutamente previsto. El verdadero error está en predecir lo imprevisto, porque lo imprevisto no existe. Se puede llegar muy lejos por ese camino. Mejor si uno acierta a ser absolutamente hermético para explicar lo que es absolutamente claro. Cuenta que Eugenio d´Ors, después de dictar un párrafo a su secretaria, le preguntaba si estaba suficientemente claro. Si ella respondía que sí -lo cual ocurría a veces-, don Eugenio comentaba: "Oscurézcamelo". Hagamos lo mismo con el futuro. Está pavorosamente claro. Oscurezcámoslo.

Vale, posiblemente lo anterior no tiene ningún sentido, pero tampoco el futuro va muy allá y aun así nos interesa.

¡Qué malos son los lunes, pero qué malos!