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1902. Miércoles, 19 octubre, 2011

 
Capítulo Milésimo noningentésimo segundo: "La gran tragedia de la ciencia es tener que descartar bellas hipótesis por culpa de feos hechos” (Thomas Henry Huxley 1825-1895, biólogo británico.)

Ha sido muy bien acogida con vistas al crudo invierno que se nos avecina, la noticia de la incorporación de las castañeras a la nómina municipal, otro logro social digno de un país avanzado que vela por el interés de sus habitantes. Por este motivo, está casi acabada la ordenanza que regulará tan importante proyecto: la toquilla con que se cubrirán las empleadas (por la discriminación positiva vigente sólo estarán en nómina señoras y/o señoritas) será de pura lana virgen uniformada y el carbón para asar, de procedencia exclusivamente nacional y cumpliendo rigurosamente la normativa europea que e materia de combustibles fósiles destinados al uso alimentario en los meses de otoño e invierno regula la U.E. . En algunos municipios se piensa incluso señalar la existencia de estos comercios y editar guías para que los ciudadanos conozcan su emplazamiento.

Para paliar los gastos que esta mejora social supone, se creará un impuesto especial de uso y disfrute de castañera, a pagar por los vecinos que vivan a trescientos metros a la redonda de cada uno de estos puestos de venta, puestos que con el tiempo se irán modernizando siendo el embrión de ambiciosos proyectos que los irán convirtiendo en verdaderos centros lúdicos y sociales con self service, taburetes alrededor del fogón, actividades culturales variadas, y otras muchas iniciativas que irán desarrollándose siempre teniendo en cuenta (¡faltaría!) las peculiaridades propias de cada ámbito territorial en el que se asiente cada puesto de castañas.