-   


  

1883. Miércoles, 21 septiembre, 2011

 
Capítulo Milésimo octingentésimo octogésimo tercero: "Solo existe un bebé hermoso en el mundo. Y todas las madres lo tienen". (José Martí, 1853-1895; escritor cubano)

Por primera vez en la historia de los blogs, "Tantos hombres y tan poco tiempo" se complace en ofrecer una historia real precedida, en la línea de los mejores y más cotizados programas de la televisión (y de más audiencia), de su correspondiente gancho. Un gancho que hará que nadie se resista a conocer el final de la historia evitando así el cambio de blog durante la publicidad y por lo tanto aumentando a niveles espectaculares el impacto de los productos anunciados. Garantizado.


Un texto leído con voz ronca, profunda, mientras suena de fondo una música de intriga acompañada de letras muy aparentes que sobrevuelan el blog. (Coñe echarle imaginación que no es plan de meter aquí flash y eso).

Espacio publicitario
Otro espacio publicitario
Más espacios publicitarios
Espacio publicitario
Otro espacio publicitario
Más espacios publicitarios
Espacio publicitario
Otro espacio publicitario
Más espacios publicitarios
Espacio publicitario
Otro espacio publicitario
Más espacios publicitarios
Espacio publicitario
Otro espacio publicitario
Más espacios publicitarios
Espacio publicitario
Otro espacio publicitario
Más espacios publicitarios
Espacio publicitario
Otro espacio publicitario
Más espacios publicitarios
Otro espacio publicitario
Más espacios publicitarios
Espacio publicitario
Otro espacio publicitario
Más espacios publicitarios
Espacio publicitario
Otro espacio publicitario
Más espacios publicitarios

Y ¡por fin! el desenlace de la atractiva historia, ya sin alharacas ni jolgorios.
Iba caperucita Roja por el bosque, cuando, como siempre, se le apareció el lobo, pero esta vez !completamente desnudo!
- “¿A dónde vas, Caperucita Roja?” -preguntó el desvergonzado lobo.
- “Mira lobo”, contestó insolente Caperucita, "antes que nada, lo que tienes que hacer es taparte con el rabo. ¿Ves que fácil es ser decente?”
El resto del cuento continúa igual ... que se nos ha echado el tiempo encima.

(Pero !qué mal me está sentando volver al tajo!, !pero qué mal!)