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1820. Jueves, 12 mayo, 2011

 
Capítulo Milésimo octingentésimo vigésimo: “Ahora todo el mundo tiene reloj y nadie tiene tiempo. Cambiad el uno por el otro: dad vuestro reloj y tomad vuestro tiempo. Michel Serres, 1930; filósofo francés)

Los niños de nuestra generación jugábamos en la calle, comíamos en casa con la familia, dormíamos un número razonable de horas y matábamos el aburrimiento con nuestro propio ingenio. Los de hoy dedican menos horas a jugar –aunque tengan infinidad de juguetes más-, pocos comen con la familia y, siguiendo la tendencia de sus progenitores, duermen menos. Y para que no se aburran, sus padres dedican la mayor parte del su tiempo libre a organizarles las actividades de ocio. A fuerza de querer rentabilizar el tiempo vivimos angustiados por él, pendientes de él.

Si queremos ganar la carrera del tiempo, tendremos que empezar por aprender a perderlo. Aunque sólo sea un poco.