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1720. Martes, 23 noviembre, 2010

 
Capítulo Milésimo septingentésimo vigésimo: "Nunca pidas que las cosas se hagan como quieres; más procura quererlas como ellas se hacen. Por este medio todo sucederá como lo deseas" (Epicteto, 55 - 135; filósofo griego)

Para los amantes de los datos: cada uno pesa alrededor de 22 gramos y mide entre cuatro y cinco centímetros de largo y 2,5 centímetros de ancho. A partir de ahí, cada casa es un mundo. Lo que sí tenemos en común todos los hombres es que el izquierdo cuelga más bajo que el derecho. Caprichos de la naturaleza.. o no... porque si llegan a pasarse el día chocándose, no habría morfina. Producen 150 millones de espermatozoides al día lo que los convierte en una bomba biológica que cuelga entre las piernas. Por cierto, para un buen estado de conservación es recomendable una buena ventilación. La ropa interior ajustable no es la más apropiada ya que la temperatura testicular debe ser entre tres y cinco grados inferior a la de la región abdominal. Ésa en la razón por la que en situaciones de frío se suelen esconder –literalmente- en el cuerpo.

Un escondimiento que también ocurre en situaciones de miedo. Ya sé que científicamente este recogimiento también tiene su causa, pero servidor tiene su propia teoría. A los testículos, se les ha considerado desde siempre como el templo de la virilidad. Por algo, entre las culturas antiguas, la forma más habitual de terminar una contienda era cortándoselos al adversario. Por poca memoria genética que tengan, es lógico que a la menor señal de sospecha los pobres corran a esconderse. Cuestión de recuerdos digo yo.