Capítulo Milésimo sexcentésimo sexagésimo noveno: “Para Adán, el paraíso era donde estaba Eva”. (Mark Twain, 1835 - 1910; escritor estadounidense) La primera documentación sobre el whisky aparece en el siglo XV, (en Escocia, naturalmente) y deja constancia de que la bebida no es más que una beneficiosa “
aqua vital”, es decir una medicina destinada a enfermos gracias a sus características terapéuticas, reconstituyentes y saludables.
Precisamente ésa era la razón por la que el whisky empezó a producirse en los monasterios, por aquel entonces lugares cuya principal labor benéfica era el amparo y la curación de los enfermos, un trabajo en el que eran famosos por los métodos que aplicaban y –sobre todo- por los excelentes resultados que obtenían con ellos.
Luego vinieron los laboratorios farmacéuticos y su potente
marketing acabó con los remedios tradicionales. Ahora, ante cualquier preocupación se empeñan en querer atiborrase de ansiolíticos cuando a la mayoría le bastaría el remedio -mucho más natural- de ir al
Mercadona y zamparse una botella de
Dick. Falta
cultura de la salud... y lo peor es que siempre la acaban pagando los humildes médicos que están hasta el cuello de trabajo. Con lo que ellos sufren, pobrecitos míos.