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1554. Martes, 9 febrero, 2010

 
Capítulo Milésimo quingentésimo quincuagésimo cuarto: “La enfermedad hace agradable la salud; el hambre la saciedad; la fatiga el reposo. Heráclito de Éfeso, 535 a. C.- 484; filósofo griego.)

Leo un artículo de señor principal que sostiene la tesis que yo he venido propugnando, y que muchos viejos –antiguos- lectores pueden atestiguarlo si fuera necesario, sobre lo muy peligroso y nocivo que es hacer deporte. Hacer deporte en general y, sobre todo, hacer deporte a partir de cierta edad.

Y vaya por delante que sí, que yo practico ejercicio. Mi preferido consiste en estar sentado. Y es verdad, reconozco que también es peligroso. Porque me siento en un butacón con un libro entre las manos y, no sé cómo, al cabo de un rato ya no estoy sentado sobre las posaderas, sino sobre los riñones. Si al correr lo llaman footing supongo que a lo mío habría que llamarle chairing. O algo así. Admito que hay días de asueto en que el chairing me deja desriñonado y si lo que he elegido han sido periódicos, aburrido y desesperado.

De todas las formas, estar sentado en casa es lo menos peligroso, como ejercicio físico, que conozco, salvo en un excepción, tal y como están las cosas, si la televisión está encendida mientras tanto, el chairinmg puede originar trastornos mentales. De los severos. Y sin curación.