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1522. Lunes, 14 diciembre, 2009

 
Capítulo Milésimo quingentésimo vigésimo segundo: “¿Has conocido a la pareja perfecta? ¿Dos almas gemelas cuyo amor nunca muere?, ¿dos amantes cuya relación nunca se ve amenazada?, ¿un marido y una mujer que confían el uno en el otro por completo?... Si no has conocido a la pareja perfecta permíteme que te la presente: están en lo alto de una capa de merengue (tarta nupcial) ¿El secreto de su éxito? bueno, nunca tienen que mirarse a la cara”. (Mary Alice Young, Mujeres desesperadas, 2004)

Mujeres meando en retrete público. Adopción de la postura de luchador de Sumo debido a dos razones (principales), a saber: está frío y les da asco. Al intentar por todos los medios que su culo (¿no tendrá algo que ver el tamaño del culo de las mujeres con haber meado sentadas toda la vida -por la evolución y eso digo)- no roce con el material del retrete, transforman su manos en ventosas que se pegan a los baldosines de la pared. A un lado. Al otro.

Si hay amiga, se quita de las baldosas y se agarra a la amiga, que tensará sus manos para que su amiga no toque la taza del retrete. Al acabar la amiga avisará a la que sujeta y ésta dará las correspondientes sacudidas de amiga.

Me ha costado documentarme muchos años, soy consciente, pero no hay esfuerzo baldío si el aprendizaje me sirve de acercamiento para empezar a entender (aunque sea minimamente) el ininteligible universo femenino.

Lunes, con un frío que pela, medio nevando y con sueño, mucho sueño.