Capítulo Milésimo cuadringentésimo cuadragésimo cuarto: "Cuanto más larga es la hierba, mejor se corta". (Atila, 406-453; caudillo huno)Estás cansado, el vagón del
metro va medio vacío, no tienes a nadie al lado y decides recostarte en el asiento. En ese justo momento, por alguna
ley cósmica universal, siempre aparece una señora vestida con ropa de mercadillo, enormes senos (aunque los de la
logse no entiendan esta palabra mi educación me impide decir
tetas) y te suelta aquello de “
¿a que eso de poner los pies en el asiento no lo haces en tu casa?”. Sólo hay dos maneras de callarla, o te pones en plan educado y le dices que tiene razón, que perdone, que has sufrido un mareo y estás recuperándote, con lo que te lloverán no sólo las disculpas sino un montón de preguntas estúpidas sobre tu presunto estado; o la más lógica de, señalándole los kilos de maquillaje que lleva encima, contestarle con otra pregunta:
"¿a que eso de ponerse la cara como si se la hubiera metido en un cubo de pintura no lo hace en su casa?"Como decía un
sabio ecléctico metido a
filósofo preimpresionista, no es que en los autobuses o en los
metros falte educación, lo que faltan son asientos.
Los jueves es lo que tienen... con tal de no trabajar uno se lía con cualquier cosa..