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1386. Martes, 21 abril, 2009

 
Capítulo Milésimo tricentésimo octogésimo sexto: “La arena del desierto es para el viajero fatigado lo mismo que la conversación incesante para el amante del silencio” (Proverbio persa)

En cierta ocasión, una mujer preguntó al célebre inventor Edison: “¿es cierto que usted ha inventado la primera máquina que habla?”. “No, señora, la primera máquina parlante la construyó Dios con una costilla de Adán. Yo he inventado la primera máquina a la que se puede parar mientras habla".

Estaba yo pensando que con la de órganos inútiles que hay en el cuerpo (para qué coño sirve, por ejemplo, el dedo pequeño del pie) por qué no se nos ha desarrollado todavía algún tipo de botón on/off con el que se pueda desconectar a tanto parlanchín de verborrea descontrolada empeñado, a la menor, en contarte su vida.

Cosas así hace que te des cuenta de la cantidad de lagunas que todavía tiene eso de la evolución.

...pasión animal