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1235. Miércoles, 20 agosto, 2008

 
Capítulo Milésimo ducentésimo trigésimo quinto: "Lo que llamamos en otros pecado, consideramos en nosotros como experiencia". (Ralph Waldo Emerson, 1803-1882; escritor y filósofo estadounidense)

Es de todos conocido que vivimos en una abominable sociedad sin valores, en un mundo dominado por el vicio, el pecado y por la depravación moral, en una corrupta Sodoma y Gomorra que nos está llevando irremisiblemente al fuego eterno a todos.

Preocupado por esta grave -a la par que angustiosa- situación, pensando únicamente en el bienestar y la salvación de cuantos leen "Tantos hombres y tan poco tiempo" y tras un riguroso, serio y profundo estudio de investigación, he conseguido dar con la verdadera causa por la que este mundo se está convirtiendo en una lujuriosa mancebía.

La clave la da un eminente filósofo, Alen Edwars, afirmando que la civilización occidental entró en franco declive moral desde que, y es textual:
... los turcos introdujeron la bragueta de botones en Europa en los siglos XVIII y XIX ya que su propósito no era sólo facilitar el orinar, sino también posibilitar la fornicación y la violación".
Ya no hay excusa. A partir de ahora -y una vez conocida la causa- está en nuestras manos tomar las medidas adecuadas que pongan freno a este lupanar de vicio desenfrenado en el que se está convirtiendo el mundo por culpa de un puñado de aberrantes infieles que trajeron un invento obra del mismísimo diablo: la bragueta.