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1193. Viernes, 30 mayo, 2008

 
Capítulo Milésimo centésimo nonagésimo tercero: “El que sabe que suficiente es suficiente siempre tendrá suficiente. (Lao-Tsé, 570- 490 a. C.; filósofo chino)

Hay preguntas tópicas que uno nunca entiende por qué la gente no las contesta con lógica. Por ejemplo, ¿qué te llevarías a una isla desierta? pues parece evidente, un barco; o esa otra de ¿qué tres deseos le pedirías a un genio?, lógicamente con uno diciendo que a partir de entonces se cumplieran todos los demás estaría más que solucionado. Y todavía sobraban dos.

Ocurre igual con la de "¿cantidad o calidad?" La respuesta no puede ser más fácil: las dos cosas. Y que nadie diga que es imposible; la calidad se puede aprender, un poco de paciencia y mucha práctica son técnicas que no suelen fallar. En cuanto a la cantidad, ningún problema. Hoy, en peluche práctico, y directamente de los libros más antiguos y sagrados del hinduismo, los vedas, destripamos el método que usan sus grandes próceres para tener un pene más largo, flexible y resistente.

Consiga un pene de lo más pinturero en tan solo dos pasos. Para disfrute propio o ajeno. ¿Alguien da más?
- Paso primero: restriéguese el miembro con las púas de ciertos insectos que viven en los árboles. (He preferido omitir públicamente el nombre del bichito en cuestión en previsión de su más que posible caza indiscriminada)

- Paso segundo: úntese con aceite diez noches seguidas.
Transcurrido este tiempo hay que repetir el paso primero y el segundo hasta conseguir el tamaño deseado. Una vez alcanzado, el individuo en cuestión ha de colocarse boca abajo e introducir el miembro a través de un agujero previamente cavado en su casa.

Y a disfrutarlo todos. ¿Fácil no? Hasta el lunes.

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