-   


  

1170. Jueves, 24 abril, 2008

 
Capítulo Milésimo centésimo septuagésimo: “Cuando contratas gente más lista que tú, demuestras ser más listo que ellos” (Alphonse Karr, 1808-1890, escritor francés)

Estos días, trabajo obliga, ando de prestado. Eso que ganamos todos.
"¿Es sólo el domingo una institución deprimente?

Mi crónica de hoy, ya lo siento, es una crónica judicial, o sea como las del resto de la semana. Thomas Findelbaum, un antropólogo fracasado que sobrevivía gracias a ocasionales oficios, puede pasar a la historia del Derecho americano si prospera la demanda que acaba de presentar en un tribunal de Nueva York. Findelbaum, que en los últimos meses ha tratado de suicidarse, sin éxito, en ciento veintitrés ocasiones y como puede suponerse presenta un aspecto lamentable, contrató los servicios de un despacho de abogados neoyorquinos con la pretensión de querellarse contra el domingo. Sí, se trata de la primera vez en la historia, desde que se sentaran las bases del Derecho romano, en que un ciudadano se enfrenta judicialmente contra un día de la semana.

El caso amenaza con prosperar en el Tribunal Supremo americano que después del desprestigio por el caso O.J. Simpson no está dispuesto a cometer nuevos errores y cuyo presidente ha declarado que en caso de duda lo mejor es ejecutar. Lo que pide Findelbaum es que el domingo, especialmente la tarde, sea suprimido y desaparezca de entre los días de la semana. La lista de agravios que acompaña la demanda viene encabezada por una estadística que demuestra que en el mundo actual se producen tantos suicidios en la tarde del domingo como en todos los demás días de la semana juntos.

Como responsables civiles subsidiarios, Findelbaum pretende demandar al párroco Larrabee, a cuyas misas asiste cada domingo, a su equipo de béisbol que cada domingo le regala un nuevo motivo para la tristeza, a todos los programas de radio y televisión que se emiten ese día y a las empresas que conceden el domingo como festivo además de los suplementos dominicales de los periódicos.

Efectivamente, dice el pliego de cargos, estos suplementos se aprovechan de la indefensión del lector en día festivo. Muestran la cara amable del mundo, como si ésta existiera, proponen recetas de cocina que suenan a ciencia ficción, paradisíacos lugares donde pasar unas vacaciones que nadie se puede pagar, la moda enfundada en modelos sobre cuya existencia real incluso el Vaticano ha planteado dudas, coches último modelo a los que con suerte algún día tendremos cerca para rayarles la pintura con un destornillador, todo esto amparados en que es domingo. De hecho, un periódico lanzó el suplemento dominical un martes y fracasó estrepitosamente.

La pregunta que se hacen los norteamericanos es si tiene alguna utilidad realmente el domingo o es sólo una institución deprimente donde sádicos de todo el mundo aprovechan para visitar a enfermos que están tan felices en sus hospitales, donde deportistas profesionales y honrados se enfrentan al insulto, la mofa e incluso la agresión en estadios de fútbol de todo el mundo, un día en el que millones de personas sufren ese genocidio lento y cruel que se denomina ocio.

Con Findelbaum se han solidarizado la Liga del Enemigo del Chándal, la Iniciativa para el Destierro de los Domingueros, la Asociación de Taquicárdicos por culpa de los pitidos del gol del Carrusel Deportivo. En cambio, la Asociación de Amigos del Domingo, que en España tiene su sede en Lechago, Teruel, se opone de raíz a la celebración del juicio, entre otras cosas porque tendrían que irse buscando otro nombre y no se les ocurre. Según ellos, hoy la víctima es el domingo, pero mañana cualquier oficinista sin vocación se puede querellar contra el lunes, o cualquier espectador de televisión en España tendría derecho a pedir la supresión de la semana completa.

En los próximos meses habrá que permanecer atentos a las noticias que lleguen de este juicio: Findelbaum versus Sunday. Por lo pronto se han paralizado, por orden judicial, la impresión de calendarios del año próximo hasta que no haya sentencia firme."

,