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1166. Viernes, 18 abril, 2008

 
Capítulo Milésimo centésimo sexagésimo sexto: “Las mujeres necesitamos la belleza para que los hombres nos amen, y la estupidez para que nosotras amemos a los hombres”. (Coco Chanel, 1883-1971; diseñadora francesa).

Aunque lo más recomendable sería tener a mano unas cuantas pinturas de esas que son fácilmente lavables (en las tiendas de todoacien –ahora llamadas loschinos- las venden de todos los colores), nos podría bastar un simple lápiz de labios. Hoy, en "peluche práctico", y con vistas al fin de semana: “saca el artista que llevas dentro que el lienzo -o los lienzos- te están esperando”.

Se trata de aprovechar los contornos del cuerpo desnudo, de pintar y ser pintado, jugar con formas abstractas, con dibujos naif, hacer de los pechos dos montañas, de la barriga un desierto y del ombligo un oasis, y ver como se va diluyendo todo con la excitación de ser recorrido por unos labios que acaben "bebiendo" de ese "oasis" como si no lo hubieran hecho en tres meses.

Las posibilidades son tan amplias como la imaginación, y el resultado, (el de verdad, no el artístico), va a merecer la pena.

Claro que bien mirado no hacen falta ni las pinturas, basta con escribir palabras en el cuerpo con la lengua, muy lentamente, dejando que adivinen la letra que estemos escribiendo, empezando por la espalda y acabando por zonas mucho más interesantes. Ir garabateando letra a letra "esternocleidomastoideo" con la lengua húmeda tiene que acabar irremediablemente en orgasmo.

Y si uno es tartamudo -o se lo hace- para que seguir. Hasta el lunes

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