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1017. Jueves, 23 agosto, 2007

 
Capítulo Milésimo decimoséptimo: "Santos no hay, lo que hay son tarifas diferentes". (Ricardo Darín en la película Nueve Reinas)

Científicos de la Universidad de Michigan en los EE.UU. llevaron a cabo una investigación sobre los efectos que los diferentes géneros de películas provocaban en las hormonas de hombres y mujeres.

Para su estudio, tomaron a tres grupos de personas a las que les mostraron durante treinta minutos una película diferente, midiendo sus cambios hormonales mediante la toma de muestras de saliva antes y después del pase.

El primer grupo vio un documental sobre la selva amazónica; el segundo grupo, la película Los Puentes de Madison y el tercer grupo El Padrino II.

¿Resultados?

El grupo que vio el documental no registró ningún cambio hormonal.

El grupo que vio la película de amor experimento un aumento de progesterona, hormona relacionada con la relajación y la reproducción, tanto en hombres como en mujeres, lo que se tradujo en una mayor necesidad de acariciar a su pareja y hacerle demostraciones de cariño. En los hombres, además, disminuyo el nivel de testosterona por lo que su agresividad se redujo.

Las reacciones de los hombres y mujeres que vieron El Padrino II fueron diferentes: en ellos subió el nivel de testosterona, aumentó su necesidad de tener sexo con sus parejas y disminuyó su necesidad de cariño. En ellas, en cambio, disminuyeron sus niveles de de testosterona y se produjo una especie de frialdad.

¿Conclusiones?

... que antes de elegir cualquier película para ver en compañía, conviene pensar qué quieres hacer después. Aunque yo creo que si uno ya tiene las cosas claras es mejor recurrir directamente a los clásicos de toda la vida -tipo Tócamela otra vez Sam, Se lo que hiciste en el último ano o Ven abuelito que te voy a tocar el pito- y dejarse de rodeos. A ciertas edades el tiempo es oro.