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931. Martes, 6 marzo, 2007

 
Capítulo Noningentésimo trigésimo primero: "La violencia es el último recurso del incompetente". (Isaac Asimov, 1920-1992, escritor y bioquímico estadounidense)

Dicen que para hablar bien hay que saber callar no menos bien. Callar y hablar son dos posibilidades profundamente humanas, esencialmente humanas. Por supuesto, el silencio no es callar sin ton ni son, como hablar no es emitir palabras a tontas y a locas, pero sé, como casi todos, con cuánta frecuencia callar es gritar intensamente y como, en tantas ocasiones, lo incontable sólo cabe insinuarlo en el silencio.

Por eso, hoy me pongo un poco más serio que de costumbre y, con el silencio de unas pocas palabras, me gustaría rendir homenaje a todas aquellas personas, especialmente mujeres -aunque no sólo mujeres- , cuya único error en su vida ha sido cruzarse en el camino de un hijo de puta.

Con todos mis respetos a sus señoras madres y, sobre todo, a las señoras putas.

Mañana vuelvo a las andadas, pero hoy me apetecia decirlo. Y mientras, aquí dejo una curiosa viñeta que me he encontrado en un periódico de ayer. Para desengrasar un poco el tema. Aunque no acabo de saber si sirve para reir o para llorar.