Y que, sin embargo, los demás, acostumbrados como nos acostumbraron a aquello de "
si no te lo comes ahora ya te lo comerás en la cena", no teníamos ese tipo de manías tontas. Pues también, también.
En 1937 un señor,
H.I. Rowntree, usó su compañía para empezar a fabricar unas grajeas de chocolate. Un año después inundarían el mercado bajo el nombre de
Smarties.
Se empezaron haciendo en ocho colores: rojo, amarillo, naranja, verde, morado, rosa, marrón claro, y marrón oscuro, pero, maniáticos somos, los marrones claros no tenían ninguna aceptación (al contrario que los naranjas, los más demandados) y siempre eran los últimos que se acababan comiendo (algo así como la
peladillas de la navidad). Por eso, en 1989 se sustituyeron por los azules.
A ver, que levante la mano el que no se coma las
gominolas en forma de
mora de color rojo antes que las de color negro. Pues eso.