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714. Miércoles, 1 marzo, 2006

 
Capítulo Septingentésimo decimocuarto: "La Iglesia sigue firme en su postura: la homosexualidad es cosa de maricones. (Jaume Perich, 1941-1995, humorista español)

Ya que andamos de miércoles de ceniza y a los seguidores del tema les espera una severa cuaresma, se me ocurre que podían recuperar alguna antigua tradición que les animara el asunto.

Durante muchos siglos existió, como una celebración católica más, la "Risus Paschalis" una misa pascual en la que el sacerdote intentaba provocar la risa descarada entre los asistentes a la ceremonia mediante bromas y guasas: imitando a diferentes animales, parodiando a personajes grotescos, contando chascarrillos y narraciones irreverentes, etc.

Durante la celebración no faltaban las obscenidades, enseñar los genitales desde el altar, imitar el acto sexual, hacer amagos de masturbarse o de mantener relaciones homosexuales, etc..

La iglesia oficial apoyaba la costumbre (sólo a finales del siglo XVII tomó partido contra ella aunque sin lograr erradicarla del todo hasta muy avanzado el XIX) y hasta justificaba su existencia con argumentos de peso. Según Capito, un famoso teólogo del siglo XVI, la razón de tan curiosa costumbre era "porque en caso contrario los predicadores hablarían en templos vacíos" y tenía que hacerse así "para mantener a los fieles despiertos durante el rito"

Algo que, tal y como tienen el panorama, les vendría al pelo para conseguir algún que otro nuevo adicto. Y no hace falta que me den las gracias. Ya que ellos suelen ser tan amables de "indicarme" una, otra y otra vez cómo debo de vivir yo, qué menos que corresponderles, aprovechando la festividad del día, con algún que otro consejo útil al que, a buen seguro, harán el mismo caso que yo a los suyos.