Capítulo Sexcentésimo nonagésimo: "Como Dios no exista estamos apañados. Pero anda que como exista...". (Ed Cunningham, 1969, bailarín y coreógrafo estadounidense)Ya les vale. Ahora van y se cargan de un plumazo la socorrida frase -verdadero himno de los más "
desfavorecidos"-, "
el tamaño no importa".
Resulta que por ley (es decir, porque algún funcionario desocupado al no poder escribir aquel día en su blog por algún fallo de la "
interné", le dio por buscarse otro entretenimiento entre café y café) en toda la Unión Europea cualquiera de las 40 variedades de frutas y verduras que se comercializan, tienen que tener un determinado tamaño.
Las naranjas un diámetro mínimo de 5,3 cm; las manzanas de 5 cm, (6 para la variedad "
superior"); los tomates redondos 3,5 cm (3 para los
alargados) y los melones de 7,5. Para los calabacines cuenta sin embargo ( o "encima" según se mire) la longitud: mínima de 7 cm y máxima de 35 cm.
No contentos con eso también imponen el peso: el mínimo permitido al kiwi es de 65 gramos, para los calabacines 50 gramos mínimo y 450 máximo, y para los melones 250 gramos.
Y hasta se meten en el aspecto. Por ejemplo, en las naranjas la parte de color verde claro no puede superar 1/5 de su superficie.
Lo reconozco por la parte que me toca, si resulta que empiezan a legislar si algo vale o no vale, sirve o no sirve, está bueno o no, solamente en función de su peso, tamaño o presentación sin tener en cuenta sus cualidades "
intrínsecas" (aquello de la belleza está en el interior), algunos podemos empezar a temblar.
A veces hasta me pongo serio y me pregunto si somos de veras conscientes de en qué manos estamos. Dan miedo.