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641. Viernes, 4 noviembre, 2005

 
Capítulo Sexcentésimo cuadragésimo primero: Lo mejor es salir de la vida como de una fiesta, ni sediento ni bebido. (Aristóteles, 384-322 a de C. Filósofo griego )

Por discrepancias con mis jefes laborales y después de muchos intentos, no he tenido otra opción que establecer unilateralmente mi sistema de trabajo.

Yo creo que merezco "x" y ellos se empeñan en pagarme "menos x". La solución para no llegar a un bloqueo completo de las negociaciones se me ocurrió a mi solito: "trabajo" sólo las horas que, según yo, me pagan de una manera justa; el resto del tiempo que tengo que "pasar en el trabajo" por alguna extraña razón de un convenio de las narices, lo dedico a otras cosas que nada tienen que ver con el.

La formula del "valor añadido" que llaman.

Por cierto, la única manera para conseguir que acepten la propuesta es no diciéndosela. Tampoco es cuestión de robarles un tiempo que siempre dicen que "no tienen" con algo que puede solucionar uno mismo.

Y como creo en la solidaridad y todo eso, lanzo la idea para quien la quiera, sin copyrights raros ni nada.

Eso si, un consejo, no conviene valorarse mucho a la hora de establecer el precio, qué por lo menos el sueldo mensual dé para currar un par de días en semana, hay que comprender que si trabajamos para ellos es porque nos necesitan, no conviene defraudarlos, podrían caer en una depresión y lo que nunca debemos hacer es ponernos a su nivel.

Por cierto hoy es viernes y, naturalmente, no me toca. Hasta el lunes.